Mensaje Mensual de Nuestra Madre Amantísima para todos sus Hijos

Febrero 13, 2012

 

“Mis pequeñas criaturas, vosotros no sabéis cuanta alegría tiene vuestra Madre cada vez que ve a las pequeñas criaturas venir a este pequeño lugar a escuchar las Palabras del Padre, a través del Hijo y del Espíritu Santo por la intercesión de vuestra Madre Amantísima.

Jesús sufrió aquella noche cuando fue a dormir después de dejar los sacerdotes instituidos en los apóstoles para poderos dar lo que verdaderamente el Padre quería ofreceros a cada uno de vosotros.  Vuestro Padre Celestial es el Espíritu Divino y el mismo Jesús.  Él que vuestra Madre en un ágape de amor os ofreció.  Aquella noche el Bien Amado sufrió mientras estaba orando para que nada de lo que iba a ocurrir pudiera pasar, pero también oró porque se cumpliera  lo que Dios había diseñado para Él, como hombre entre los hombres. Vuestra Madre sufrió amargamente al tener que traer al mundo una Criatura para que después en el Huerto de Getsemaní, arrodillado Él sufriera.

Hoy, el hombre sufre las mismas torturas al ser secuestrado, violado y asesinado, en esos países que siempre fueron verdaderamente creyentes en Jesús y en María y que hoy se han convertido al anticristo. Los gobiernos oprimen a esos pueblos y ponen los corazones de las personas como piedras para que abandonen la fe cristiana en la cual  fueron un día bautizados.

Vuestra Madre sufre el dolor que sufren aquellas madres en esos países y también el dolor de las madres de todas aquellas personas que se encuentran en este pequeño lugar.  Si vosotros leéis las Sagradas Escritura en Deuteronomio ahí van a encontrar escrito que todo lo que los seres humanos hagan en contra de los seres más queridos que son sus hijos y sus padres lo pagarán.  María fue concebida por su madre Santa Ana sin el pecado original para que Santa Ana pudiera traeros a vuestra Madre Amantísima para que intercediera por todos vosotros ante el Bien Amado con las peticiones que traéis en vuestros corazones.

Vuestra Madre aparece en todas partes del mundo trayendo un Mensaje de amor, un Mensaje de reconciliación; un Mensaje que a veces llega a vuestros oídos pero no llega a vuestros corazones.  Los corazones del hombre de hoy están hechos de roca, sin querer escuchar, y sin querer hacer nada por aquellos que verdaderamente sufren.

Cuando Jesús esperaba el sacrificio de los látigos, el sacrificio de aquella agonía, de la tortura, vuestra Madre también sentía el mismo dolor espiritualmente.

Hoy, el mundo está corrupto, lleno de miseria, lleno de dolor, lleno de crímenes en contra de la humanidad, lleno de hambre, lleno de sed de justicia, pidiéndosela a Dios Padre Todopoderoso, pero los hombres son los culpables de lo que sufren hoy en cada una de vuestras naciones.  Vuestra Madre, enviada por el Padre, siempre os dice, “No me cansaré de aparecer en todas partes para traer al rebaño, ese rebaño de Jesús, que está perdido.”

Las madres sufren al perder a sus hijos en guerras que no tienen nada que ver con ellos.  Mueren en los campos de batallas, hombres que no han fomentado esas guerras en esos países y que no tienen noción de lo que pasa alrededor de cada uno de ellos.

Vuestra Madre siempre os dice a través de Jesús y del Padre, “Orad, pequeños Míos, por Israel, por la Tierra Prometida del Bien Amado, donde fue crucificado por cada uno de vosotros, no creáis que son ellos solos los que pagan las consecuencias de haber eliminado aquel hombre perfecto, integro, el Bien Amado.”

Orad siempre porque Israel no sea tocado por la malignidad y traten de desaparecerlo porque ahí se hizo todo y ahí también se va acabar, el día que traten de desaparecerlo.  Se acabará todo en guerras parricidas y la naturaleza se desatará al igual que se desbordó cuando crucificaron al Bien Amado en la Cruz cuando salieron los muertos de sus tumbas.  Todo se derrumbó en aquel día cuando Jesús, el Bien Amado, cerró los Ojos por vosotros y dijo: “Padre, en Tus Manos encomiendo Mi Espíritu,” y en aquel momento, todo se acabó. 

Están llegando no al fin del mundo, sino al Final de los Tiempos, al final de la era  que el hombre ha construido a su forma y manera, pero para Jesús, hay una sola, el amor, el perdón y la justicia.  Hoy, no existe nada de eso en el mundo, pequeños Míos.  Por eso es que vuestro Padre Celestial hace que vuestra Madre aparezca de nuevo en cada parte del mundo para que vosotros podáis arrepentiros y decir: “Señor, perdónanos, porque nosotros no sabemos lo que hacemos.”  Jesús sigue sangrando en la Cruz  por todos vuestros pecados, por todas vuestras aberraciones.

Orad, pequeños Míos.  Orad por vuestros hijos, por vuestros hogares.  Enseñad a las pequeñas criaturas que contraigan relaciones normales bendecidas por Dios.  Hoy solo buscan parejas y se aparejan como animales y tienen hijos, procrean criaturas que después les estorban, las asesinan, las violan y las hacen pedazos, no solo en el vientre de las madres, sino también después de haber nacido.  Por eso, vuestra Madre seguirá llorando Sangre en todas partes donde aparece.

En todas partes vendrá a recoger aquellas criaturas que se acerquen con amor para hacer el nuevo Jerusalén la Tierra Prometida de Jesús de Nazaret.  Vuestra Madre aparece en todas partes del mundo enviada por Dios para que os regocijéis en su regazo.  Cambiad vuestras vidas y vuestros corazones, para que no haya un mundo de dolor, ni ancianos abandonados y asesinados en lugares donde los maltratan y donde no les interesa que cierren sus ojos y duerman el sueño eterno igual que a las pequeñas criaturas. 

Recordad siempre que hoy, en esta tierra en que vosotros vivís y que Dios la hizo con tanto amor para cada uno de vosotros, hay enterradas criaturas que no se han hallado nunca después de haber desaparecido.  Vosotros seguís provocando la Ira del Señor para que en vez que derrame Misericordia, se derrame el dolor y muerte provocada por el mismo hombre.

Recordad que a Dios no le gusta que vosotros veáis Su Ira.  Cuando alguien os diga, tal día se va acabar el mundo, no lo creáis.  Dios no os va a avisar cuando venga de nuevo a la tierra.  No os va a avisar, y os va a encontrar en todo lo que vosotros estáis acostumbrados hacer. 

Orad, pequeños Míos, porque el Final de los Tiempos no llegue todavía, que es el final de la era.  Empezará una nueva era para que todos los hombres se amen como Yo os amo.  Por vosotros, Yo, convertido en el Hijo, fui crucificado para hacer un mundo mejor, y derramé Mi Sangre por todos vosotros. 

Dios hace Justicia, Él no castiga.  La Sangre que derramó Jesús en la Cruz no va a ser en vano.  Llegará el momento en que cada uno de vosotros tendrá que responderle por todo lo que habéis hecho.

Orad, porque el mundo está lleno de guerras y castigos.  Orad para que María no llore más Sangre en el mundo entero donde aparece, sino que derrame perfume, rosas y una sonrisa de amor para cada uno que verdaderamente ame a Su Hijo Amado. 

Vuestra Madre es traída por el Hijo y el Espíritu Divino.  Él estará con cada uno de vosotros que acudís todo el tiempo, no solo en este pequeño lugar, sino en todos partes del mundo buscando la fe y buscando el amor del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. 

Os bendigo en el Nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo, a cada uno de vosotros que estáis aquí y de los que están dispersos en todas partes del mundo.  Amen.”

 

Febrero 10, 2012

Noche de Vigilia

                “Cuanta alegría siente vuestra Madre al ver reunidos a todos Sus hijos en este pequeño lugar. Pequeños, vuestra Madre está feliz.  Grandes milagros como nunca habían existido en otras partes, pero vuestra Madre no solo está alegre, porque ve a todos Sus hijos en este pequeño lugar, también vuestra Madre  está alegre porque estáis orando en el Misterio, de cuando la criatura de vuestra Madre Amantísima vino al mundo, la alegría que sintieron María y José quien no  vió el parto, porque estuvo todo oculto tras el manto que pusieron los ángeles, para que no se viera nada porque así como entró el Espíritu Santo, vuestra Madre Amantísima así en esa misma forma como Ella concibió, así mismo nació, aunque muchas personas dudan de la veracidad de ese Misterio Sagrado y maravilloso, un Niño que vuestra Madre en un ágape de amor os lo trajo al mundo para salvar a la humanidad. 

                “Vuestra Madre está feliz cuando ve a Sus hijos reunidos ante Su Imagen, orando y venerándola y contenta porque la pequeña, a pesar de que siempre está delicada, siempre tiene una frase de amor y de alegría para cada uno de vosotros, ella dice que está loquita, Yo le digo que no, que está alegre para que la Madre puede hablar a través de ella.

                “Tiene que encontrar un corazón lleno de alegría, lleno de felicidad, porque no todas las personas pueden ver a vuestra Madre, sino aquellos que Jesús escoge, no porque sean santos, sino porque sienten la caridad de servir a los demás, quien está feliz porque este pequeño lugar, ha crecido, ha crecido aunque muchos de vosotros venís por curiosidad, otros con verdadera fe y con verdadero amor.  Pequeños, aparecerse vuestra Madre a una criatura y que acepte no es fácil, no es fácil renunciar a todo lo que la ata al mundo, para servir a Jesús y a vuestra Madre Amantísima.

                “Muchas cosas tienen que cambiar en el mundo, en estos años venideros, para esta sociedad corrupta, que no tiene compasión por las criaturas que traen al mundo, porque muchas los asesinan en su vientre, otras los abandonan, como decía la pequeña, los abandonan en esos lugares donde mueren [hogares de ancianos].

                “En el cielo, los ángeles lloran todos los días al ver tantos crímenes que se comenten en este mundo que Dios hizo para la Gloria de Su Nombre y para que vosotros disfrutarais de todas las alegrías que Dios os da a través de la vida, de la naturaleza.  El hombre no cree, pequeños Míos, está vacío de fe.

                “Hoy, antes de terminar, se va a consagrar a una criatura que está acostumbrada a hacer el bien.  Jesús necesita pastores para conducir el rebaño al Verdadero Camino, que es Jesús, aquel que sea capaz de sacrificar una hora e ir a un hospital a ver a un enfermo, llevando en vuestros cuellos la cruz, nadie os podrá detener. 

                “Donde quiera que haya un enfermo, ahí está Jesús, y si vuestros corazones se doblan para hacer el bien, ahí también está Jesús.  Jesús está aquí, camina con todos vosotros, solamente tenéis que invocarlo para que Él esté presente en cada uno de vuestros corazones.

                “La pequeña decía hoy que ella cree que el Padre Celestial no la escucha, y decía, ‘Estoy muy cansada, Señor, esta noche, Padre, déjame descansar,’ pero Jesús tocó su corazón y en ese instante se le quito el sueño y e cansancio y empezó de nuevo a atender a todas Mis pequeñas criaturas, para que pudieran tener fe en todo lo que recibían y oían. 

                “Tu hija se va a sanar, ya está muy sana solo tiene que alimentarse  para volver a caminar, y la pequeña criatura también se va a sanar completamente.  Tenéis que tener fe, la fe es lo que sana los corazones afligidos y enfermos. 

                “Grandes acontecimientos, pequeños Míos, se avecinan para la humanidad, no se va a acabar el mundo.  No escuchéis esas habladurías de que el mundo se va a acabar, recordad que siempre os he dicho, nadie sabrá el momento en que Jesús vendrá de nuevo a la tierra, que hizo para regocijo de cada uno de Sus hijos.  Pero sí, vais a ver grandes acontecimientos, grandes terremotos, grandes inundaciones, y vuestra Madre quiere que Mis pequeños ni siquiera os arriméis a mirar por los cristales la Ira del Señor.  Recordad que en cada hogar debéis de tener una Cruz de madera al frente de vuestros hogares para que cuando pasen los ángeles de la oscuridad, no toquen el lugar que es de Dios, consagrado a Dios vuestra casa no sea tocada.

                “Vuestra Madre os prepara a cada uno de vosotros para que acudáis a los templos, como los llama Jesús, a los que hoy llaman iglesias.  Iglesia sois vosotros cuando sois bautizados. 

                “Os digo, pequeños Míos, no toméis la Sagrada Eucaristía en vuestras manos, sino en la boca y por uno de los sacerdotes que Él dejó para guiar al rebaño, pero que hoy lo han dispersado.  Tomar la Comunión en vuestras manos es un pecado.  Vuestras manos están sucias de todo lo que vosotros tocáis, de todo lo que hacéis.  No podéis tocar la Sagrada Eucaristía, porque no es bueno para Dios.  Él mismo no ha querido que vosotros lo toméis en vuestras manos, ni de manos de una mujer, porque si Él lo hubiese querido, hubiese puesto a la Madre, que es la Más Pura entre todas las mujeres.  Ni de un diacono que viene de tener relaciones con su mujer, él no es digno de dar el Cuerpo del Bien Amado.  Debe de ser dada por un sacerdote.  Cada vez que vosotros tomáis la Comunión en forma incorrecta, la estáis tomando para desgracia de vosotros mismos y de todos vuestros seres queridos.  Registrad las Sagradas Escrituras, ahí está escrito.

                “Recordad que los alimentos y el agua que debéis guardar, solamente los debéis de guardar por un año.  Si no ha sucedido nada, los donareis a un lugar donde hay monjas franciscanas, como Santa Clara, Santa Teresa.

                “Cada uno de vosotros debéis convertiros en seguidores de Cristo, del Bien Amado, a Quien Yo, en un ágape de amor, os Lo entregué para la salvación de cada uno de vosotros.

                “Para terminar, Mis pequeñas criaturas, vuestra Madre se está apareciendo en todas partes del mundo para buscar el rebaño perdido de Jesús.  Cada lugar de aparición de vuestra Madre es un refugio cuando pasen las cosas que tienen que pasar.  Recordadlo siempre.  Dios ha puesto una aparición de vuestra Madre Amantísima en todas partes. 

                “Os amo, pequeños.  Antes de terminar el Rosario, os Voy a bendecir, y cuando vayáis a vuestros hogares, llevareis esa bendición para vuestros seres queridos.

                Os amo, Mis pequeños, en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.  Amen.”