“Mis
pequeñas criaturas, cuanta dificultad ha habido en este momento para que
vuestra Madre os hable a cada uno de vosotros, siendo un día maravilloso para
vuestra Madre amantísima, feliz por todas las flores que han traído al
santuario, por todas las bendiciones que os trajo en la advocación de vuestra
Virgen de Guadalupe, Madre de America, de toda la America cristiana.
Vuestra
Madre os trae hoy un Mensaje de amor para cada uno de vosotros a través del
Bien Amado y el Espíritu Divino de Dios que hace que vuestra Madre os pueda
aparecer a cada uno de vosotros, para traros el Mensaje del Padre Celestial en
cada momento que la pequeña criatura [Rosa] se pone al servicio de vuestra
Madre a través del Bien Amado Jesús.
Recordad
que en este tiempo, vosotros tenéis que arrodillaros ante el Pequeño, el
Divino Maestro, que convertido en una pequeña criaturita vino a traerle la Luz
al hombre que estaba viviendo en tinieblas y no conocía la Palabra de Dios ni
siquiera en sus grandes profetas.
Las
apariciones de María en todos los lugares del mundo, son para acercaros a cada
uno de vosotros al redil, para que vengáis con el corazón contrito a postraros
de rodillas ante el pesebre, donde está el Pequeñito, el Bien Amado convertido
en Luz. Llegó
al Vientre de vuestra Madre Amantísima como una Luz Divina que iluminó y entró
en Su Vientre para engendrar al Rey de reyes, por Quien vosotros en este día
estáis en espera Divina donde el Pequeñito nacerá para traer al hombre, a ese
hombre que vive en tinieblas, que nunca conoció la Luz y no se da de cuenta que
el Pequeñito Jesús está en cada corazón del ser humano, en cada hombre, en
cada mujer embarazada que acepta y dice si para traer al mundo a la criatura que
engendran muchas veces sin quererlos, y después las
asesinan en el propio vientre de sus madres.
Por eso, Dios, vuestro Padre Celestial, viene trayéndole al hombre la
Justicia que cada hombre ha engendrado y ha sembrado en su caminar por la vida.
Orad
todos vosotros, hijos Míos, para que en este Nacimiento que se celebra del
Pequeño, vosotros enseñéis a vuestras criaturas a arrodillarse ante ese pequeño
pesebre alumbrado por la Luz, la Luz del Evangelio que trajo Él
para todos los hombres con la Luz del Espíritu Santo para que cada uno
comprendáis la verdad de la Enseñanzas de aquellos apóstoles que predicaron
la Palabra de Jesús, con las Enseñanzas que Él os dejó cuando caminó entre
vosotros.
Aprended
cada uno de vosotros, que os habéis olvidado de que ese Pequeño que se
conmemora en el Nacimiento (pesebre), vino a traeros el amor, vino a traeros la
paz que todo el mundo carece en vuestros hogares donde no existe la paz, porque
lo hijos que engendráis han torcido el camino.
No van a la iglesia, no comulgan, no confiesan, no reciben al Espíritu
Divino para que se cobije en vuestros corazones, y si lo hacen a la mayoría de
edad, se olvidan de Aquel que iluminó sus corazones con el Espíritu Divino,
para que podáis caminar rectamente y entrar por la puerta estrecha y no por la
ancha que tiene el maligno juntándose cada día para arrastrar a cada ser
humano a esa oscuridad y a esas tinieblas de las que nunca podrán salir.
En el Pequeñito, en el pesebre, ahí está la Bondad del Bien Amado.
Aseos pequeños como niños, dice el Bien Amado, para que podáis entrar
al Reino de los Cielos.
Enseñadle
a vuestros hijos que ahí nació la verdadera vida cristiana, en ese Pequeño
engendró que se posesionó de vuestra Madre, cuando dijo Si al Ángel y aceptó
llevar en Su Vientre al Pequeñito Jesús que nacería un día para la gloria de
todos los hombres. Hoy
lo niegan, muchos se apartan de la Luz y abrazan la oscuridad y las tinieblas.
Orar, orad, aunque no vayan a los grandes santuarios donde se adora al
Bien Amado, donde se venera a la Señora Bonita, como la llama Mi pequeña.
Acordaos que Jesús dejó también en la Cruz, os dejó Su Cuerpo en la
Sagrada Eucaristía, tenéis que comulgar, que confesar para que cada uno de
vosotros podáis tomar el Cuerpo y la Sangre de Jesús, para que Su muerte en la
Cruz no haya sido en vano.
Jesús
os ama, Mis pequeños, y hace aparecer a vuestra Madre en todas partes del mundo
para traer a Sus hijos, para reunirlos de nuevo, para que de nuevo abracen la
Cruz que Él os dejó, no vacía, porque no hay Cruz sin Cristo; no hay Cristo
sin Cruz. Recordadlo
siempre, y cuando celebréis el Advenimiento del Pequeño, del Glorioso Jesús
de Nazaret, hacedlo con amor, con verdadera reverencia.
Dejándole esos presentes que vosotros os precipitáis para traer a
vuestros hijos, pero que no lo dicen porque está en ese pesebre, si lo tenéis,
porque muchos no lo tienen porque ya no creen en Él.
Por
eso, Dios, os aseguro pequeños, dice que el tiempo se acerca que la Justicia
Divina vendrá sobre el hombre cuando menos el hombre lo espere.
Vendrá como dicen las Sagradas Escrituras cuando menos vosotros estéis
preparados. Ahí
os sorprenderá como ladrón.
No os avisará, no os dirá cuando vendrá y os sorprenderá.
Entonces será cuando vosotros sentiréis en vuestros cerebros y en
vuestra garganta el rechinar de dientes y el derramar de llanto, porque no os
habéis preparado con anticipación para recibir al Divino Señor que os trajo
la Luz al mundo para que no vivierais en tinieblas.
Será
pequeño el Mensaje, pequeños Míos, pero vosotros tenéis que estar preparados
en oración. Siempre
mentalmente, orad, orad, porque lo encontrareis en la oración humilde, sencilla
sin mucho espaviento, sin mucho gritar, sin mucho buscar a Dios aquí y allá, y
dondequiera. Estad
en un lugar [Iglesia Católica]; no os mováis de ahí.
Orad,
porque se acercan grandes momentos para el mundo en que vivís.
Él os sorprenderá cuando menos vosotros lo esperéis.
Os amo, Mis pequeños.
Este
día hay muchas razones para que vosotros estéis alegres, porque uno de los
pastores que el Amado os dejó para conducir el rebaño está entre vosotros,
sin que vosotros lo esperarais, ni siquiera la pequeña lo sabía.
Pero vuestra Madre si sabia que él venía, si sabia, porque Ella los
conoce a todos y es Ella Quien los conduce al Camino del Amor.
Os bendigo, pequeños Míos.
Amen.
El
Mensaje continúo en alocución: “Orad por el sacerdote que os dijo hoy la
Santa Misa. Necesita
mucho de todas vuestras oraciones.
Mucho necesita de vuestras oraciones, orad por él, pequeños Míos.
Nuestra
Madre dice que habrán muchos desastres en diferentes partes del mundo,
terribles desastres y mucha gente no tendrá adonde ir a refugiarse.
Tratarán de correr sin saber a donde ir.
Abrazad la Cruz y no tengáis miedo.
Muchos
cambios sucederán en este gran país, cambios que os llenarán de temor.
Preparad vuestros corazones para estos cambios, pero no tengáis miedo.
Se
acerca otro gran escándalo para la Iglesia, otro gran escándalo viene.
Muchos de los pastores que Mi Amado os dejó, ya no están celebrando la
Santa Misa como debe ser, están abrazando muchos cambios, cambios drásticos,
están celebrando indebidamente el Santo Sacrificio que el Bien Amado os dejó,
se están desviando del camino, celebran
según ellos para la Nueva Era.
En
todos aquellos países que reniegan de Dios, ocurrirán grandes cosas, grandes
desastres y el hombre se estremecerá.
Chávez ya ha firmado su sentencia de muerte.
Intentará atacar a Colombia y los Estados Unidos intervendrán.
En ese momento Rosa tuvo una visión, lloraba, dijo haber visto que esto
sucederá, sucederá
como le sucedió al presidente de Panamá.
Chávez caerá en manos del ejército Americano.
A
las 8:05 P.M. mientras celebrábamos el cumpleaños de una de las voluntarias en
casa de otra de ellas, la Virgen María continuó en alocución sorprendiéndonos
a todos los que nos encontrábamos alrededor de Rosa: “Mis pequeños, algo
grande va a pasar en los Estados Unidos, estad preparados, pues nos os dan ni
fecha, ni día ni hora, sucederá en el país donde vosotros vivís.
Hay muchas personas tratando de hacer un atentado al mandatario, pues él
está tomando decisiones que no son buenas para este país, está pactando con
los enemigos, pues aunque él dice que la guerra es necesaria, si no hace esta
declaración no saldrá reelegido otra vez.
Orad, orad pequeños míos para que esto no suceda, porque grande será
lo que esto causará.
Mientras vosotros disfrutáis de este momento,
hay gente afuera
conspirando para destruir este gran país. Ahora pequeña mía es hora
que vayáis a descansar Amen
Diciembre
4, 2009
Noche
de Vigilia
“pequeños
míos, este tiempo de espera es maravilloso, estáis en lo que vosotros y
vuestra Madre Iglesia llama adviento, que quiere decir espera, es cuando visita
al hombre la luz verdadera, que vino a iluminar a la humanidad que vivía en la
oscuridad, en la adoración a ídolos fabricados por el propio hombre, pero que
nada tenía que ver con aquella luz maravillosa que vendría al mundo.
Imaginad vosotros como estaría Vuestra Madre Amantísima en aquellos
tiempos, esperando la grandiosidad del momento en que viniera al mundo esa
preciosa criaturita para iluminar a la humanidad, por eso es que en este
misterio se venera, si pequeños míos, nunca podéis decir se adora, sino
se venera a Vuestra Madre siempre inmaculada,
Vuestra Madre que diferente a todos las demás iba a traer al mundo una
criatura sin haber tenido relación con ningún hombre, por eso es que ella fue
asunta al cielo, Inmaculada, intachable, sin ninguna mancha que pudiera
transformar la venida de aquella criatura cuando llegase el tiempo.
Vuestra Madre fue asunta al cielo, pura y virginal para que todo hombre
pudiera invocarla como la
intercesora entre el Hijo y el Padre. Ese niño pequeños míos que el
hombre de hoy no enseña a amarlo, no enseñan a vuestras pequeñas criaturas
porqué esta en el árbol iluminado como símbolo de la vida, ese niño
del que nadie se acuerda que es su cumpleaños y que
es a Él a quien vosotros debierais de enseñar a vuestras criaturas a
adorarlo en el pesebre, donde nació humilde, pero que traía sus manitas
cargadas de amor y de regalos de santidad y de
caridad para cada uno de los que hoy recordáis que estáis vosotros
esperando para celebrar
el nacimiento del Rey de Reyes.
No le enseñáis
a las pequeñas criaturas,
que es a nombre de Jesús que vosotros tenéis todo lo que habéis pedido,
y todo lo que vuestros padres os han podido obsequiar.
Que
bonito sería que hoy el hombre en general, estuviera también abrazado a las
enseñazas que Jesús trajo a la humanidad y conservarais esa virginidad
maravillosa, si pequeños míos, esa virginidad que vuestra madre supo preservar
en ella, que bonito sería a los ojos de Vuestro Padre Celestial
que las criaturas de hoy recordaran que Dios hizo la unión santificada
para llevar a vuestros hogares el verdadero amor santo, donde vuestros hijos
pudieran crecer unidos a una madre y a un padre (sagrada familia) que los
supieran llevar de la mano entre tanta maldad que existe hoy en la humanidad, no
es Dios, pequeños, que destruye lo que Él hizo con tanto amor; es el hombre,
el hombre que lo destruye con sus actos, con su degeneración, con su maldad,
con la envidia, con la ambición, con el desafuero, con el vicio, el vicio que
engendra en los corazones de los seres humanos dejándose llevar por ese maligno
del que hablaba la pequeña mucho antes que vuestra Madre estuviese
hoy entre vosotros, para deciros que no dejéis que vuestros corazones se
os llenen de la maldad que hoy el adversario ha regado en todo el mundo .
Manteneos
firmes en la fe, Dios no acabará con lo que Él creó para los hombres de buena
voluntad verdaderamente acudieran a venerar el cuerpo del Bien Amado, donde están
los hombres (sacerdotes) que el Buen Pastor os dejó para conducir a su rebaño
y llevarlo al
camino de Él,
de Jesús quien es el verdadero camino.
Santificaos
vosotros, todos los que estáis hoy a Mi alrededor, aunque sean solitos en
vuestras habitaciones, hablad con Jesús, santificad los alimentos, el agua que
consumís, vuestros hogares, practicad las reglas que os dejó el Bien Amado
para que cada uno de vosotros caminéis a su encuentro que tiene que ser un día
cuando menos vosotros lo esperéis.
No vino Jesús a la tierra por nada, vino para conducir a su rebaño al
verdadero camino, no lo
olvidéis y escribid esto que os diré: “Muchas cosas
grandes se avecinan para la humanidad, orad porque vuestros gobernantes
recobren la lucidez y puedan gobernar a un país lejos del vicio, del crimen y
lejos de las guerra que ellos no han
fabricado, que no sigan inocentes muriendo por una paz que el mismo
hombre no sabe conservar en cada país, en cada pueblo, en cada generación, en
cada lugar debéis de proteger el suelo que vosotros gozáis, no tenéis que
sembrar guerras que ellos no han fabricado, son jóvenes que nacen para vivir
una vida feliz, no para morir en un lugar que ni siquiera conocen, donde la
maldad se multiplica
a cada momento.
Hay
un país que ha firmado con letras negras su propia destrucción, vosotros lo
veréis, recordad este momento en que vuestra madre os dice, una gran tiranía
se derrumbará, recordad que arriba en el espacio no hay tiempo, el tiempo lo
fabrica el hombre. Veréis
como se gobierna a un criminal y se le obliga a doblar rodillas, en el país que
ha torturado que ha sojuzgado, que ha destruido, hay muchos tiranos, muchos
tiranos, pero
cuando caiga el primero y vosotros lo veréis, todos los demás le seguirán en
esa caída. Os
voy a dar la bendición antes de elevarme.
Amen