Mensaje Mensual de Nuestra Madre Amantísima para todos sus Hijos
Marzo 13, 2008

                Mis pequeños, vuestra Madre Amantísima, hoy no solo esta apareciendo en este pequeño lugar, vuestra Madre Amantísima aparece en todas partes del mundo.  En estos días de tribulación que hay para todos los hombres, hoy vuestra Madre viene como la Dolorosa, como la Madre Dolorosa que llora continuamente por la perdida de un hijo, por la tortura de un hijo, por el encarcelamiento de un hijo, por un hijo secuestrado en cualquier parte del mundo, principalmente en vuestra América Latina, que se revuelca en la maldad, secuestrando criaturas, utilizándolas como si fueran productos de una venta miserable y ruin.

 “Vuestro Padre Celestial, Mi Amado Jesús, no puede, no puede dejar sin que Su Mano Poderosa caiga sobre el mundo para aniquilar las aberraciones que el hombre comete en todas partes.  Vuestra Madre os viene anunciando esto desde la Salette, desde Fátima, desde Guadalupe, desde la Inmaculada Concepción.  En todas partes vuestra Madre viene llorando, llorando por los hijos que el Bien Amado le dejó para el regocijo de Su Corazón y que hoy la hacen sangrar en todas partes.  Vuestra Madre sabe lo que cada uno de vosotros trae en vuestros corazones, pero vuestra Madre no puede aguantar la Mano de Su Amado Jesús, porque cada vez que el hombre comete una aberración contra uno de Sus hijos, está matando la creación Divina que el Padre Celestial hizo. 

“Pequeños Míos, Mis pequeños, vuestra Madre os anuncia cada vez que viene lo que vuestro Padre os quiere decir, pero que vosotros no abrís ni el corazón, ni sus oídos, ni su inteligencia para que vosotros Lo escuchéis en todas partes.  ¡Cuánto sufre la Madre Amantísima por los hijos desobedientes!, por los hijos que hoy no le guardan ni siquiera el más pequeño respeto a sus padres.  Se revuelcan en el fango, en la lujuria, en la droga, en el alcohol, ahogando sentimientos que después salen a relucir y salen a la calle y asesinan, y matan, y torturan.  Es por eso que vuestro Padre Celestial no puede dejar sin que el hombre reciba la justicia que merece por todos sus actos.

“Vuestra Madre viene al mundo en todas partes, recordándole que Ella trae el Mensaje que Su Amado Jesús os da para que estéis alerta.  La malignidad se viste de cuello y corbata, la malignidad se viste con alas de Ángeles, la malignidad se viste con los grandes cuernos que tiene en sus cabezas, siendo esas personas que hoy gobiernan a vuestros países para llevar al anticristo a toda la humanidad.  El pueblo necesita, los pueblos necesitan arrancarle los cuernos al maligno para que no pueda secuestrar más, asesinar más inocentes, para que no haya más guerras en el mundo.  Recordad todos vosotros que el maligno tiene siete cabezas y que en cada cabeza tiene dos cuernos para que sea identificado.  El símbolo con el que Jesús bendice al mundo es de dos dedos, que quiere decir el bien y el mal, la luz y la oscuridad. 

“A vuestra Madre le duele inmensamente en Su Corazón, teneros que advertir todo el tiempo, y a destiempo, de las cosas que vienen para la humanidad.  Hasta la Iglesia se tambalea, hasta los elegidos de Jesús se le doblan las piernas por no querer reconocer que están en los tiempos donde el hombre pagará por sus actos, donde la naturaleza se cobrará cada una de las ofensas y los danos que el hombre hace a esa naturaleza que Dios os dio para el regocijo de cada uno de vosotros, para que sirviera de alimento que en estos tiempos va a estar escaso en todas partes del mundo.

 “Hoy hay un país, un país amado por la pequeña criatura y por vuestra Madre Amantísima que trata de que se acabe los abusos a la humanidad por el anticristo, que está hoy en todas partes.  Muchos hombres no saben de dolor ni de pena cuando son capaces de matar a una criatura o secuestrar a una persona sin que les duela, ya que carecen del mínimo sentimiento de amor.  Hay un país que lucha continuamente para erradicar del mundo a la serpiente que envuelve a los hombres desde los pies sube a sus corazones hasta llegar a sus cerebros, los embrutece y los hace caer en la dominación del mal. 

“Sabéis vosotros, la pequeña está adolorida por lo que esta pasando en el país a que ella visita y que ella no escogió, porque la escogió la Virgen a través de la santita [Narcisa de Jesús] que tiene que ser santificada muy pronto en ese pequeño país.  Ella sufrió el desprecio de sus propias compañeritas como el Padre Pío sufrió de sus carceleros las humillaciones y los abusos.  Los dolores que existen en ese país que Mi pequeña visita para llevar las caridades que sus gobiernos no hacen por sus pueblos son provocados por la aberración y el anticristianismo.

“Mi pequeña no se gobierna, y ella le dijo a una persona: ‘No iré más a ese pequeño país.’  Dile que la Virgen la escogió para que fuera a llevar las caridades a ese pequeño lugar a través de Narcisa de Jesús que tendrá que ser beatificada  porque siempre fue una santa.  Sin embargo, la pequeña no quiere volver, solo quiere hacer este ultimo viaje.  No quiere seguir yendo, porque dice que la abominación del maligno esta allí, pero que su pueblo tendrá que quitarlo.  Cuando esto suceda, ella dice que volverá.  No sabe que ella no se gobierna, no se puede gobernar porque es el Padre que la gobierna, será el Padre Celestial la que la lleve.  Cada vez que el Padre quiera, la llevará a ese lugar a hacer la misión que Él le ha encomendado hacer y vuestra Madre Amantísima la seguirá acompañando hasta que la pequeña cierre sus ojos definitivamente.  Tendrá que servir al Padre Celestial, porque ella no se gobierna.

“Orad, pequeños Míos, orad por la pequeña.  Orad, porque vuestras madres no sufran más el martirio que sufrió Maria, cuando vio a Su Hijo cargando la Cruz de todos y cada uno de vosotros.  Orad, pequeños Míos, porque este es el llanto de vuestra Madre en el Cielo que no tiene porque llorar, porque este es el llanto de vuestras madres en la tierra, por cada hijo que asesinan, por cada joven que matan en las escuelas, por cada niño abusado sexualmente.

“Orad, orad por la Iglesia, la Iglesia se derrumba.  Veréis grandes acontecimientos que vendrán en este siglo y en este año para este país y para todas partes.  Os advertí que ocurriría un escándalo que conmovería al mundo entero.  Hoy os advierto de nuevo que seguirán descubriéndose los rostros de todos aquellos que quieren que el maligno gobierne a la humanidad y no Dios.  Mirad las señales, buscad en el cielo las señales que Dios os enviará y así vosotros sabréis que antes y después de cada señal ocurrirán catástrofes, muerte y Sangre por todo el mundo; la misma que Él derramó en la Cruz y la misma que derramó en el Calvario, dejando cada pedacito de Su Piel en la arena del desierto, en El Vía Crucis, donde solo Maria recogía con Su manto los pedazos de Piel, que serían la Eucaristía de hoy que vosotros os alimentáis con Ella.

“Id a la Iglesia, allí esta Él, esperando a cada uno de vosotros.  Confesad, Comulgad, doblad rodilla.  Doblad rodilla ante el Padre Celestial que esta ahí, en el Sacramento del Altar.  Confesaos, Dios dejo a los sacerdotes para humillar vuestra soberbia, para que vosotros tuvierais que humillar vuestra altanería, y teneros que confesar para poder comulgar.  No toméis el Cuerpo del Amado en vuestras manos que vienen contaminadas del mundo.  Tomadlo en vuestras bocas, ese es el Cuerpo y la Sangre de Jesús, que ya no la dan en el vino, porque los pastores que Mi Amado dejo se la toman ellos y no se la dan a Sus hijos.

“Obedeced, obedeced a Jesús.  Tomar Su Cuerpo en las manos es crucificarlo de nuevo, porque es señal de que no creen en ese pedacito de Pan.  Tomadlo en vuestras bocas, haced genuflexión ante Él, que cargó la Cruz por todos vosotros y que vosotros al nacer, traéis esa Cruz en vuestro cuerpo.  

“Si vosotros levantáis vuestra cabeza y abrid vuestros brazos y juntad vuestros pies y os miráis en un espejo y ves vuestra imagen, veréis en ese acto la cruz que nació con vosotros y que la llevareis hasta el encuentro con Él.  

“No profanéis el Cuerpo del Bien Amado.  Acordaos del llanto de María, de Sus estigmas, que nadie los veía, que eran secretos, invisibles, pero que estaban allí quemándole Sus Pies, Sus Manos, Su Frente.  Recordad que María os dio ese regalo, el regalo de Jesús, de la Luz que vino al mundo que vivía en la oscuridad de fe y de amor.  Acordaos que en el momento de la Consagración, es el Padre Celestial, con las Manos de María, quien os ofrece ese Cuerpo, que cuando el sacerdote Lo eleva y se Lo presenta a Dios, el Espíritu Santo baja y lo convierte en el Cuerpo de Jesús.  

“No celebréis un solo día el Sacrificio de la Cruz; el Sacrificio de la Cruz es todos los días.  Cargad vuestras cruces con amor, sin renunciar a ella, luchando por ella junto a Jesús, con Su Cruz.

“Os bendigo, pequeños Míos y antes de que finalice este maravilloso momento de oración que tenéis con el Rosario, la pequeña usará su cuerpo, pero Nosotros, el Bien Amado y vuestra Madre, ungiremos a aquellos que estén enfermos los tocaremos, Usaremos su cuerpo y Usaremos sus manos.

“Os bendigo a todos por igual en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.  Amén.”