Mensaje
Mensual de Nuestra Madre Amantísima para todos sus Hijos
Diciembre
13, 2007
“¡Mis
pequeñas criaturas, cuántas cosas tienen que pasar para que vuestra Madre
Amantísima pueda acercarse a vosotros y traerles el Mensaje que el Amado Jesús
os tenía preparado para cada una de Sus criaturas!
Os traigo hoy un Mensaje de amor para cada uno de vosotros, para que lo
reciban en cada uno de sus corazones y puedan de ese modo glorificar al Bien
Amado, que tanto sufre por cada uno de vosotros.
Muchas
cosas os esperan a esta humanidad apóstata e incrédula.
Vosotros tenéis que preparar cada uno de vuestros corazones para que
reciban lo que cada uno de vosotros habéis fabricado. Este
mundo está lleno de personas de poca fe, de poca esperanza. Esta
humanidad incrédula es donde el hombre se destroza el uno al otro como si
viviera en una selva, en una selva donde los animales son muchas veces más
inteligentes que el hombre, que Dios hizo a Su propia semejanza.
Vuestra
Madre Amantísima os viene advirtiendo por mucho tiempo en todos los lugares
donde glorifica a Su Hijo Amado para que vosotros os preparéis a recibir los
grandes acontecimientos que se avecinan para la humanidad.
Tenéis
que saber que toda América Latina se convulsionará.
Os he dicho como una roca al asemejarse a la cabeza de la malignidad, se
desprenda, muchas otras caerán detrás de ella. Muchas
torres de Babel serán derrumbadas.
[Rosa se refiere a dictadores.]
Muchos hombres tendrán que padecer en agonía por la apostasía que hoy
gobierna a la humanidad.
América Latina se convulsionará y vosotros seréis testigos de que en
esa convulsión rodarán cabezas que vosotros no os imagináis.
Os
vengo anunciando hace tiempo: recordad que las profecías no son para el día en
que se dan, porque no hay fecha ni hora [en el cielo], pero cada uno de los que
están en este lugar será testigo de esas
cabezas que rodarán en vuestros países, convulsionados por el anticristo y la
maldad.
Seguirán
ocurriendo las catástrofes, no sólo en América Latina, sino aquí en vuestros
propios patios [los Estados Unidos].
Seguirá la naturaleza cobrándose cada uno de los abusos que el hombre a
cometido con ella.
Veréis vosotros como a tiempo y a destiempo el mar se botará y arrasará
con muchos lugares.
Habrá tornados a destiempo, habrá lluvia, lluvia de granizo del tamaño
que vosotros os jamás imagináis.
Habrá muerte y desastre en este país, pero también habrá muerte y
desastre en vuestra América Latina.
Rodarán
las cabezas de los culpables del ante-cristianismo que impera hoy en la
humanidad. Grandes
enfermedades que tienen cura terminarán con las personas porque las siete
plagas están derramadas en el mundo.
Tenéis
que preparaos con alimentos, como os he dicho.
Preparaos con alimentos que no se echen a perder en vuestros hogares.
Seguirán
los abusos entre los jóvenes, habrán demasiados crímenes entre ellos, porque
la sociedad no responde al llamado de las criaturas que necesitan buenas enseñanzas
y cuidados.
Vuestra
Madre os dice en este día: No
tengáis miedo; caminad en la Luz.
Cargad cada uno de vosotros con la cruz que Dios os dio y no reneguéis
de ella. Esa
cruz os acompañará en la vida y en el camino hacia el Rapto para que no vean
lo malo que ocurrirá en la humanidad.
Orad,
pequeños Míos.
No os canséis de orar en los santuarios donde están los pastores que os
dejé para advertir al hombre que Dios no es solamente Amor pero también
Justicia, y que Dios cobrará a cada uno lo que cada uno habéis sembrado.
No
se recogen rosas de los cactus y no se recogerán flores del fango que inundará
a la humanidad por los grandes deslaves de tierra a causa de tantos los abusos
en contra de las criaturas pequeñitas, que les matan la inocencia antes de que
lleguen a la pubertad.
El hombre pagará por cada una de esas criaturas que violan sexualmente y
le matan la inocencia antes de caminar y antes de entender lo que les está
pasando por culpa de sus propios padres que no aprenden a criar a vuestros hijos
debajo de sus alas como las gallinas cubren a sus polluelos.
Orad.
Grandes señales aparecerán en el cielo.
Vigilad esas señales que os he dicho.
Cuando las veáis en el cielo, en la tierra ocurrirán grandes desastres
y no podrán evitarlos.
Vuestra
Madre no tiene llorar sangre por medio de las imágenes en todas partes, ni
aceite, porque allá arriba no hay sufrimiento, solo hay Luz.
Pero vuestra Madre llora y sufre por cada uno de Sus hijos en el mundo,
por cada uno que la ofende, por cada uno que trata de destruir la imagen de la
Madre de Dios, Madre del Verbo Hecho Hombre y Espíritu.
Rogad,
y cuando vosotros veáis la Ira de Dios derramarse, no se asomen a la ventana ni
a las puertas.
A Dios no le gusta que vean Su Ira.
Cierren cada una de las rendijas por donde vosotros podáis ver la Ira.
Es más bien arrodíllense y oren para que podáis vosotros soportar lo
que viene para el hombre, y que el hombre tiene miedo decirlo.
La
pequeña [Rosa], siempre os he dicho, está delicada; no por eso vuestra Madre
os dejará desprevenidos.
[Rosa] nació para llevarle a cada uno de vosotros el Mensaje de Amor y
Reconciliación y mientras ella viva, seguirá siendo la receptora de vuestra
Madre Amantísima para que vosotros os preparéis para los acontecimientos que
ocurrirán y que vosotros seréis
testigos.
Orad,
orad por este país y mirad como Jesús se estremecen en la Cruz, cargando la
Cruz de cada uno de vosotros que renegáis de Ella por que hasta os da vergüenza
llevarla colgada en vuestros cuellos.
Os
bendigo, pequeños Míos y observad.
Observad que las señales de los tiempos se acercan para el hombre.
Todo se cumplirá aunque vosotros no lo veáis en este momento, pero que
llegará de sorpresa en la noche como ladrón sin que vosotros lo esperéis, y
os sorprenderá.
En
el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén, amén, amén.”