Agosto 3, 2013

Mensaje Especial del Padre Celestial a Rosa

                "Mi pequeña criatura, siempre tengo paciencia para esperar a que escuches el Mensaje que os quiero dar.  Os quiero decir algo muy importante.  Escuchad con paciencia; no te incomodes ni sufras por lo que vas a escuchar, porque lo mismo que tu sufres lo sufre vuestro Padre Celestial por todas las cosas que te han hecho y te seguirán haciendo para que este lugar desaparezca. 

                “Recuerda, pequeña Mía, que vuestra familia no está de acuerdo con lo que está ocurriendo en este pequeño lugar.  Dios escogió este pequeño lugar para poderles demostrar que la maldad nunca triunfa y que el Nombre de Dios se pronuncia y se glorifica en este lugar todo el tiempo.  Este lugar es sagrado y nadie lo puede hacer desaparecer, solo Dios puede, y no lo va hacer porque lo escogió con tanto amor a través de tu persona.  Seguirás trabajando la labor del Señor con mucho amor y con mucha paciencia, y no quiero que sufras.

                “Tus seres queridos te hacen mucho daño al querer que este lugar desaparezca para que ellos puedan disponer de el como ellos quieran.  No se dan cuenta que Dios os has querido dar un Santuario Divino para glorificar a Dios y venerar a vuestra Madre Amantísima, la Virgen María. 

                “Mi pequeña criatura, el hombre no podrá hacerte daño, porque el Bien Amado no lo permitirá y vuestra Madre Amantísima aplastará al maligno.  No podrán hacer lo que intentan ya que vuestro Padre Celestial está siempre contigo y también tienes a tu lado a seres como la que te acompaña hoy – Elizabet.  Ella no te falla, y tampoco no te fallará Pilar, la Españolita, como tú la llama, o Betty Caiza, que siempre están a tu lado. 

                “No te preocupes por lo que te ha pasado en este tiempo que has estado muy enferma.  Todo es por el dolor que te causan tus familiares, pero también ten cuidado lo que comes.  Ellos son los que más te deberían amar, sin embargo no te comprenden.  Te tratan mal y te traicionan, pero todo lo has soportado y lo continuará soportarlo con tanto amor.  [El Mensaje fue interrumpido en este momento porque llego alguien al cuarto de aparición.  El Padre Celestial dijo a la pequeña que atender a esa persona y que Él lo daría una bendición en el Nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo, y que continuaría con el Mensaje más tarde.]

                “Hijita querida, Mi pequeña, no creas que lo que te he dicho es una falsa alarma, porque no lo es; todo es la verdad.  Tú ama tu esposo, pero él no te ama.  Es egoísta y te hace mucho daño.  Él no está de acuerdo con este lugar y quiere que desaparezca, pero no te preocupes, Mi pequeña.  El Bien Amado está contigo y no permitirá que te haga daño.

                “La maldad en el mundo es muy grande, Mi pequeña.  Quieren que aparezcas como que has perdido la memoria para que no puedas continuar con esta bella obra que el Señor te ha dado.  El mal quiere destruir todo lo bueno que haces a los demás en este pequeño lugar.  Mi pequeña, nunca te arrodilles ante ningún hombre, así sea tu esposo.  Al único que te tienes que arrodillar es ante vuestro Padre Celestial. 

                “Mi pequeña, haz lo que tengas que hacer para mantener este lugar y no te preocupes, saldrás adelante con la obra de vuestro Padre Celestial y vuestra Madre Amantísima en este lugar y en todos los lugares que vuestro Padre Celestial os envié.  A vuestro Padre Celestial también le duele todo lo que te hacen todos los que te deberían amar más.  Ellos te traicionan, aunque les das tanto amor.  No te preocupes, vuestro Padre Celestial siempre esté contigo.  [Rosita se puso a llorar mucho y Elizabet la vio bien débil, ya que había pasado casi toda la semana enferma.]

                “Vuestro Padre os quiere decir que tengas mucho cuidado con tus familiares.  [Rosa llora otra vez.]  Mi pequeña, no morirás ni de angustia ni del dolor que tus familiares te causan, y ellos sufrirán las consecuencias de sus actos.  El que siembra mal recogerá mal, y el que siembra bondad recogerá bondad.  No os preocupéis, nadie pueda hacerte daño.  Recuerda que tu cuerpo y tu mente pertenecen a vuestro Padre Celestial y que tienes a tu lado muchas personas que te quieren y que siguen a vuestro Padre Celestial, Jesús, y vienen a este pequeño lugar.     

                “Hijita querida, Mi pequeña, no sufras más; deja todo en Mis Manos.  He venido de nuevo para decirte que no tengas miedo, Mi pequeña.  Vuestro Padre Celestial está siempre a vuestro lado, junto con los ángeles de la Corte Celestial y vuestra Madre Amantísima, la Virgen María.  Lo único que os pido a todos aquellos que te acompañan es que tengan la voluntad y la firmeza de ayudarte y no dejarte caer.  Recuerda, cuando tu caes Yo te levantará, así que no tengas miedo y no sufras.  Los que sufrirán son aquellos que te hacen daño y son malos contigo, ya que vuestro Padre Celestial os pedirá cuentas por sus acciones.  Yo sé que tú sufres por lo que os digo de que aquellos que te hacen daño sufrirían, pero lo que siembran es lo que recogerán. 

                “Este pequeño santuario pertenece de vuestro Padre Celestial, vuestra Madre Amantísima y de Mi pequeña, y es para siempre.  Todos aquellos que caminan contigo y que son fieles a vuestro Padre Celestial en este lugar son como los santos discípulos que acompañaron a Jesús en la tierra y los ángeles que los acompañaron al ascender al Cielo, y serán como ellos.  Los voluntarios que han sido fieles a vuestra Madre Amantísima, la Virgen María, y a vuestro Padre Celestial estarán con ellos en el Cielo, y los ángeles siempre los acompañaran a ellos y a sus seres queridos.      

                “Vuestro Padre Celestial os quiere repetir y perdona, pero os tengo que volver a decir que tu esposo no quiere que esta obra continué.  Dice a las personas que no estás bien y que estás perdiendo la razón para que nadie venga al santuario a recibir las bendiciones de vuestro Padre Celestial y de vuestra Madre Amantísima.  Él también les dice eso a vuestros hijos y ellos le creen.  A Mis pequeños, os dijo que no le crean, y a la pequeña Mía, os digo que vuestro corazón es puro y lleno de bondad y que vuestro Padre Celestial bendice a muchas personas en este pequeño lugar. 

                “Mi pequeña criatura en este lugar lleva a muchas personas de la mano a que vuelvan al redil que se habían perdido.  Mi pequeña, vuestro Padre Celestial te seguirá acompañando así que no tengas miedo que no podrán lograr hacer que este lugar desaparezca, pero tienes que tener mucho cuidado.  Tu esposo tendrá que sufrir las consecuencias de sus acciones y deberá dar cuentas a vuestro Padre Celestial por todo el dolor que te ha causado.  Tranquila, pequeña, y continúa la obra con fe y con mucho amor como siempre en este camino de triunfo, pero también de dolor. 

                “Te amo, pequeña Mía, y para las criaturas que te acompañan, les doy Mi bendición en el Nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo.  Amen.”