Enero 12, 2010
Mensaje Especial, Recibido por la Mañana
 

“Pequeña, escribe en San Juan, Capitulo 1, Versículo 1:  ‘En el principio ya existía la Palabra; y aquel que es la Palabra estaba con Dios y era Dios.’

“Pasa a Versículos 3-5:  ‘Por medio de él, Dios hizo todas las cosas; nada de lo que existe fue hecho sin él.  En él estaba la vida, y la vida era la luz de la humanidad.  Esta luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no han podido apagarla.’

“Pasa a Génesis, Capitulo 1, Versículos 1- 3:  ‘En el comienzo de todo, Dios creó el cielo y la tierra.  La tierra no tenía entonces ninguna forma; todo era un mar profundo cubierto de oscuridad, y el espíritu de Dios se movía sobre el agua.  Entonces Dios dijo:  “¡Que haya luz!” ’

“Pasa por San Juan, Capitulo 1, Versículo 10:  ‘Aquel que es la Palabra estaba en el mundo; y, aunque Dios hizo el mundo por medio de él, los que son del mundo no lo reconocieron.’  Fin.

“Pequeña, ahora Yo, vuestro Padre Celestial os continuaré hablando para que este Mensaje lo reciban aquellos quienes crean en la Palabra de Dios.

“En los tiempos de la creación, el hombre no quiso creer.  Ojalá hoy escuchéis, porque os envío a vuestra Madre Amantísima para que os prepare en todas partes del mundo y la escuchéis.  La naturaleza es Dios mismo.  El Niño, como lo llama el hombre, es Dios.  La capa de ozono es Dios.  Nadie mandó al hombre a hacer un pozo en la luna para ver si había agua, pues ahí en la tierra ya tienen bastante agua.  ¿Por qué no la comparten con los países que no la tienen fabricándoles un buen aquaducto que les ayude en las sequías que los matan de sed?.

“Los terremotos son la naturaleza; los tsunamis son la naturaleza que le cobra al hombre, todo lo que él hace al destruirla, poniendo bombas que matan a los inocentes que tropiezan con ellas.  Los rayos que ocurren en el mundo, los tsunamis, las inundaciones, todo lo hace Dios.  Todo lo que se mueve, hasta el hombre, lo creó Dios.  Ni un pelo de vuestra cabeza se mueve, si Dios no lo permite.

“Acercaos a vuestra Madre Amantísima, hijos Míos, y pedidle que interceda para que el Padre Celestial derrame Su Misericordia en el mundo.  Rogad a Dios a través de vuestra Madre Amantísima, porque grandes acontecimientos naturales sucederán desde el oriente hasta el occidente y desde el norte hasta el sur.

“El hombre tiene que volver los ojos a Dios, porque el hombre será el culpable de su propia destrucción.  Los pastores que os dejé para guiar al rebaño, con su propia incredulidad lo han desviado.  Hace dos mil años que Dios con los profetas y Jesús con sus Evangelios os han estado hablando y no habéis creído.  Hoy tampoco creéis a los pastores que os dejó vuestro Padre Celestial, vuestra Divina Misericordia.  Amen.”