“Mis
pequeños, Mis pequeños, en este día donde Vuestra Madre Amantísima os ha
querido tocar, Ella con el Espíritu Divino del Bien Amado, pudo tocar aquellas
criaturas que se multiplicaron para recibir el toque maravilloso de la fe y del
Amor de Vuestra Madre Amantísima. Hace
rato que Vuestra Madre está con vosotros, registrando los corazones de cada una
de la criaturas que hoy están en este lugar.
Muchos
han recibido esa bendición Divina que es el ser tocados por Vuestra Madre Amantísima
porque usualmente es el Bien Amado, es Él quien os toca, o el Padre Pío
que siempre está con la pequeña [Rosa], pero hoy Vuestra Madre, no quiso, se
interpuso en el medio y os dijo: Dejadme a Mi hoy la gloria de poder servir a
cada uno de mis pequeños, porque si vosotros hacéis memoria como la pequeña
os dijo, es el tiempo de la Sagrada Familia donde todos los hogares, hoy
principalmente, tenéis que orar un rosario dedicado a Vuestra Madre y a todas
las familias del mundo. En ese
tiempo cuando Vuestra Madre Amantísima recibió la Luz y en un Ágape de Amor
la ofreció al Señor, Padre de todos los padres, como regalo para que vosotros
con una fe que verdaderamente salga de vuestros corazones recibierais ese regalo
de amor que Vuestra Madre un día ofreció al Padre Celestial
en el cuerpo de Jesús. Ella
regaló al Bien Amado a toda la humanidad para que a través de la Sagrada
Eucaristía y del Espíritu Divino podáis
regocijaros en el gran amor que Dios os dio con la complicidad de Vuestra Madre
Amantísima cuando le dijo al Ángel SI. Ella
sí aceptaba lo que el Padre Celestial ofrecía, concebir a través del Espíritu
Divino a Jesús, en Carne Viva, en Su Cuerpo Virginal al Bien Amado para que
después cuando hiciera el gran sacrificio de dar Su vida por cada uno de
vosotros, ofreceros la resurrección para que todo aquel que camine en Su Luz y
pida perdón, podáis recibir verdaderamente al Bien Amado en vuestros corazones.
Pequeños,
hoy Vuestra Madre os está dedicando más tiempo a cada uno de vosotros.
La pequeña recibió las verdaderas enseñanzas que están escritas en
las Sagradas Escrituras y os habló explicando las cosas que Vuestra Madre en
persona no os puede revelar, si no es a través de una criatura escogida por
Dios para llevaros el pensamiento, la verdad de todo lo que aconteció hace
siglos y que hoy el hombre, arrastrados muchos por la maldad, algunos por
vanidad, otros por soberbia niegan la verdad de lo que esta escrito en las
Sagradas Escrituras, que fueron hechas por verdaderos sabios, verdaderos teólogos,
recogiendo todo lo que Vuestro Padre Celestial os reveló a través de Su Hijo
Amado, el Bien Amado Jesús de Nazaret, el Gran Maestro, el Cordero de Dios que
vino al mundo a quitar los pecados de aquel que verdaderamente se arrepiente.
Muy pocos, pequeños Míos, se arrepienten a tiempo para seguir la
caridad de Vuestro Padre Celestial. Recordad
que solo hay un solo Padre Celestial – el Padre, Hijo y Espíritu Santo es uno
solo, la Divina Trinidad.
Orad
cada uno de vosotros por vuestros hijos que se pierden en la droga y el alcohol.
Orad por la familia para que se mantenga unida, porque el hombre y la
humanidad se reconcilien con Dios antes de que las trompetas del Bien Amado
suenen a través de Sus Ángeles en el mundo, porque el hombre conocerá la
verdad de la Justicia Divina, que existe aunque el hombre no crea.
Orad
por la pequeña que emprenderá su viaje de costumbre al pequeño país donde
hace obras de caridad con amor, con ese amor que os da a cada uno de vosotros,
ella reparte con verdadero amor lo que recibe de cada uno de vosotros en este
pequeño lugar, pero grande en milagros, en conversiones, en amor.
Orad porque allá le esperan los otros hijos que el Bien Amado le entregó
cuando le enseñó este camino de amor que para el hombre no es fácil, como no
fue fácil para Vuestra Madre decir que Si al Espíritu Divino y engendrar en Su
Vientre al Bien Amado sin conocer hombre.
Orad
por los santuarios en todas partes del mundo, por todos los visionarios de este
tiempo, que son como los profetas de la antigüedad.
Orad por la paz entre los hombres, porque se acercan tiempos difíciles,
pequeños Míos, que vosotros ni siquiera os imagináis.
Así como las columnas de los santuarios se están derrumbando, así como
cada vez de una de esas columnas cae y se revuelca en el lodo, en la suciedad
del mundo, Vuestra Madre llora, sufre por un hijo que se pierde y Mi Amado Jesús
sufre, por un cordero que abandonó el rebaño y decidió unirse a otros que Él
ni siquiera conoce. Que el cordero
ni siquiera conoce el verdadero significado de lo que es abandonar al Buen
Pastor, al Bien Amado que os conduce a la verdadera Luz y al Verdadero Camino.
Pero ellos [pastores] cuando se desvían, cuando se pierden y el Buen
Pastor los llama y no escuchan Su Voz, recibirán cada uno de los que dejan que
la cimientes de esa columna se tambalee y no busque ayuda para volverla a
construir, ante los Ojos de Dios seréis culpables; a lo mejor vosotros no
entendéis lo que Vuestra Madre os ha querido decir.
Recordad que cada uno de vosotros formáis parte de esas columnas, porque
habéis sido llamados al verdadero camino, conocéis la Verdad y conocéis la
Luz. No os apartéis de esa Luz,
porque cuando llegue el momento de la oscuridad, no vais a tener tiempo de
encender las velas para alumbrar el camino.
Os
bendigo en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Pequeños Míos, ayudad al Bien Amado a cargar la Cruz, no abandonéis el
Camino de la Luz que al final de él está Vuestra Madre que abrirá Sus Brazos
para recibiros sin poneros condiciones, porque habéis creído.
Amen.”
Celibato
Eclesiástico.
La práctica de abstenerse del matrimonio cuando se han recibido las
sagradas órdenes, y la de no ordenar hombres casados. La excelencia y ventajas
del celibato son descritas por San Pablo en 1 de Corintios 7: 1-38.
En la Iglesia de Occidente, los que han recibido el subdiaconato no
pueden casarse. Una tradición de
los primeros tiempos del cristianismo prohibía al clero casarse después de la
ordenación; en el siglo III era una práctica general
y el Sínodo de Elvira, celebrado en el siglo IV en España, decretó que
todos los clérigos, aun aquellos ya casados, debían vivir en continencia.
Una serie de sínodos desde el principio del siglo XII (especialmente el
segundo Concilio de Letrán en 1139) declararon
que el matrimonio de personas que hubieran recibido las sagradas órdenes
no era solamente ilegal, sino inválido. Durante
siglos después era permitido a los clérigos menores servir en la Iglesia,
aun cuando vivieran en el estado de matrimonio.
Sin embargo, se estipuló que si se casaban después de recibir
las órdenes, perdían los privilegios del estado clerical.
Como el celibato del clero es una ley de la Iglesia, ésta puede
dispensar de tal obligación. Algunas
veces dispensa a diáconos y a subdiáconos cuando dejan las órdenes, pero prácticamente
nunca lo hace con un sacerdote.(El sacerdote será sacerdote para toda la
vida). En casi todas las Iglesias
católicas orientales hay sacerdotes casados.
Aunque la disciplina difiere en los varios grupos,
la práctica general es permitir la ordenación de hombres casados, pero
no permitir que se casen los diáconos y los sacerdotes ya ordenados.
Además se consagra como obispos sólo a hombres célibes o viudos.
¿Porque
la Iglesia Católica requiere sacerdotes que sean célibes? Como
otro Cristo, el sacerdote tiene que pertenecer enteramente a Dios y a nuestro Señor
Jesucristo. Ya
que el sacerdote tiene que subir diariamente al altar a ofrecer el Divino
Sacrificio de Amor, él tiene que ofrecer su corazón a Dios en un amor no
compartido. Una
razón adicional es que el sacerdote tiene que permanecer a disposición de
todas las almas, como el padre y hermano de todos, lo cual no será posible si
él tiene que cuidar a su propia familia.
Un sacerdote Católico es el representante de Jesucristo que tampoco fue
casado, y mientras habitó entre los mortales, vivió enteramente en el amor del
Padre Celestial y como primer supremo sacerdote dio ejemplo de lo que es la
pobreza, la castidad y la obediencia.
Pobreza:
“Si quieres ser perfecto, anda y vende cuanto tienes, y dáselo a los pobres,
y tendrás un tesoro en el cielo; ven después, y sígueme. (Mat. 19: 21) El
voto de pobreza separa al religioso de todas las posesiones materiales, que
presentan un obstáculo para el servicio de Dios.
Castidad:
“No todos los hombres con capaces de esta resolución, sino aquellos a quienes
se les ha concedido de lo alto. Porque hay unos eunucos que nacieron tales del
vientre de sus madres; hay eunucos que fueron castrados por los hombres; y
eunucos hay que se castraron en cierta manera así mismos por AMOR AL REINO DE
LOS CIELOS CON EL VOTO DE CASTIDAD.
Aquel que puede ser capaz de eso séalo”. Mateo 19: 11-12.
El religioso que desea entregarse completamente a Dios, alegremente
abandona el gozo de formar una familia.
Obediencia:
“Si
alguno quiere venir en pos de mí, niéguese así mismo, y cargue con su cruz, y
sígame. Pues quien quiere salvar su vida obrando contra mi, la perderá; más
quien perdiere su vida por amor de mi, la encantará. Porque de que le sirve al
hombre el ganar todo el mundo, si pierde su alma, o con qué cambio podrá el
hombre rescatarla una vez perdida?” (Mateo 16: 24-26) Por el voto de
obediencia el religioso procura imitar a nuestro Señor Jesucristo, quien por
nuestra salvación fue obediente hasta la muerte. El religioso renuncia así a
su propia voluntad para ser completamente dócil a los mandatos del Espíritu
Santo en su alma y a la voluntad de Dios, expresada por sus superiores. Ahí está
la belleza y grandeza de la vocación religiosa. No hay duda de que Dios inclina
su oído a las oraciones de tan generosas almas.
Noche
de Vigilia
“Mis
pequeños, mis pequeñas criaturas, hoy vuestra Madre está triste pequeños,
muy triste, no solo por el hijo que se aleja del Bien Amado, sino también por
las cosas que están pasando en ese mundo vertiginoso donde vosotros os revolcáis
en el lodo como dice el Bien Amado, sí, el fango por donde está hoy la
humanidad arrastrándose y olvidándose de los sacramentos que un día
recibieron ante el altar para seguir al Bien Amado.
Podéis escrutar en las Sagradas Escrituras, podéis ver todo lo que está
preparado para éste tiempo, donde el
hombre corre en una carrera vertiginosa hasta su propio laberinto donde
cae sin poderse levantar porque no busca la ayuda de Vuestro Padre Celestial.
Vosotros no sabéis que Vuestra Madre hoy esta sufriendo amargamente
porque todo lo que esta pasando en estos dias, donde para el cielo no hay hora,
ni hay tiempo, no hay noche, no hay oscuridad, solo hay luz.
Vemos
los Ángeles que rodean a cada criatura que hay en el mundo tratando de conducir
el rebaño por el verdadero sendero donde la luz os conduce al Bien Amado y os
desviáis, no obedecéis a la voz interna que os quiere apartar de ese camino
que os lleva desgraciadamente hacia el abismo.
El hombre no quiere salvarse, pequeños, cometen y cometen los mismos
pecados, los mismos errores todo el tiempo.
Hoy
Vuestra Madre sufre por una de las pequeñas criaturas que escogió el camino de
abrazar la cruz, de ayudar a Jesús a cargar la cruz de todos los hombres que
diariamente ofenden al Bien Amado y a Vuestra Madre Amantísima. Pero también
el hombre hoy esta sufriendo las consecuencias de los pecados que ellos mimos
arrastran en sus vidas, como dijo mi amado Jesús en una ocasión: “No
lloréis por mi Jerusalén, os he mandado a todos los profetas para que os
instruyan en el camino del amor y vosotros no los habéis reconocido y seguís
cometiendo errores, no escucháis la voz de vuestros corazones y de vuestra
conciencia.
Cada
día hay más muerte por la naturaleza que arrastra consigo lo bueno y lo malo,
recordad vosotros que el agua purifica pero también se lleva todo lo que
obstruye el camino hacia el amor, hacia la paz, hacia todo lo que hace que todos
los hombres se amen como el Bien Amado los amo.
Mi
Amado cargando su cruz os
decía, no lloréis por mi Jerusalén, llorad
por vosotros y por vuestras criaturas, los jóvenes están perdidos en la
droga y el alcohol, en el vicio de la sexualidad,
ya no respetan ni siguiera el cuerpo y la sangre del Bien Amado en la
Sagrada Eucaristía; allí donde está presente, donde os espera, donde con amor
os ofrece cada día en el altar del sacrificio para que vosotros podáis
santificar vuestras almas y vuestros corazones.
La
naturaleza seguirá cobrando todo el daño que el hombre le hace, seguirán las
inundaciones arrastrando todo lo que encuentra por delante, seguirán las
guerras entre los hombres matando inocentes, porque queréis llevar al hombre a
un anticristianismo peor que el de los viejos tiempos, pero vosotros sabéis que
cada cual, cada uno de vosotros arrastrará vuestra propia condena, esa condena
que llevarais al abismo, o al encuentro del Bien Amado que es el Buen Pastor,
que os espera a que vosotros rectifiquéis.
Cada
uno de vosotros podéis convertiros en misioneros en el camino, predicando la
palabra del Bien Amado sin apartaros de la Luz que es Él advirtiendo a tiempo y
a destiempo en todos los corazones para que os preparéis para el acontecimiento
que se espera para la humanidad.
El
hombre quiere hacer un mundo, un mundo globalizado donde todo lo gobierne una
sola cabeza que es la cabeza del maligno, el tiene siete, pero uno solo quiere
gobernar y se acercan los tiempos donde el hombre tendrá que escoger el camino
que quiere seguir, si seguir a Cristo en la Cruz o hundirse en la oscuridad
abrazando al becerro
que está llevando a la humanidad a la destrucción al hambre y a la
miseria.
Pequeños,
vosotros creéis que esa enfermedad que hay en estos dias en el mundo
contaminando a todos los seres humanos no es producto, os lo dijo Vuestro Padre
a través de la pequeña criatura; no es producto de los animales, es producto
del mismo hombre, fabricado en esos pequeños laboratorios infernales
donde producen toda clase de bacterias, para esparcirla en los pájaros
que vuelan (aviones) soplando y contaminando a la humanidad, porque para
vosotros los hombres el mundo esta superpoblado, necesitan eliminar muchas
criaturas, porque se creen dioses.
Mientras
más el hombre reniegue del único Dios que puede disponer de todas las cosas en
la tierra que hizo con tanto amor para que el hombre se regocijara en ella,
mientras que el hombre siga haciendo sus maldades, creyéndose más poderoso que
el único Dios, seguirán sufriendo las consecuencias, de las aberraciones que
el mismo hombre comete.
Vendrán
tiempos difíciles y vosotros tenéis que prepararos con ese liquido maravilloso
que hizo Dios (agua bendita), purificando el agua que vosotros bebéis, guardando
alimento que no se contamine ni se eche a perder, recordad que hay monjes que
viven con vosotros, aunque vosotros no los veáis, ellos cosechan hierbas
maravillosas que sirven para la salvación en los tiempos críticos, que se
avecinan. Podéis
registrar, buscad, preguntad para que os preparéis para las grandes cosas que
vendrán para la humanidad.
Recordad siempre que os he dicho a través de la pequeña criatura, que
las columnas de los santuarios se están derrumbando, las columnas son los apóstoles
que Jesús mi Bien Amado preparó para que sirvieran al hombre en todo momento.
Veréis
vosotros llegar el momento en que el hombre querrá desbaratar con sus manos
esos santuarios donde se regocija el Bien Amado en el vino y en el pan (Eucaristía).
Será el momento de que Dios mande las señales con sus trompetas a
despertar los corazones de aquellos que están dormidos en la fe.
Para
terminar, estad atentos pequeños míos a lo que Vuestra Madre Amantísima os
dice, recordadle a la pequeña criatura que no tenga miedo para la misión que
tiene que cumplir (misión en Ecuador), el Espíritu Santo siempre estará con
ellos, y aquellos que vienen a este pequeño lugar,
pero grande en milagros, no se arrepentirán por haber venido porque se
llevarán con ellos el manto de Vuestra Madre que los guiará y regresarán como
pequeños corderitos buscando la paz y el amparo del Bien Amado.
Os bendeciré y os tocaré para que cada uno de vosotros recibáis en
vuestros corazones el cálido aliento del Espíritu Divino, que se encuentra en
este pequeño lugar.
Os bendigo en el nombre del padre del Hijo y del Espíritu Santo. Amen
Mayo
25, 2009
(Ecuador)
“Pequeña
mía, Vuestro Padre Celestial, sabe cuanto te preocupa todo lo que pasa hoy en
todos los pueblos
del mundo, pero antes de darte el mensaje a través de las Sagradas
Escrituras quiero que sepas que no estoy ajeno a vuestra preocupación, quiero
que registres lo que os dije en la Segunda de Timoteo Capitulo 4 Versículos 1-5: “Te conjuro
delante de Dios y de Cristo Jesús, el cual juzgará a vivos y a muertos, tanto
en su aparición como en su reino: predica la Palabra, insiste a tiempo y a
destiempo, reprende, censura, exhorta con toda longanimidad y doctrina.
Porque vendrá el tiempo en que no soportarán más la sana doctrina,
antes bien con prurito de oír se amontonarán maestros con arreglo a sus
concupiscencias.
Apartarán de la verdad el oído, pero se volverán a las fábulas. Por
tu parte, se sobrio en todo, soporta lo adverso, haz obra de evangelista, cumple
bien tu ministerio.
Continua pequeña escribiendo lo que os digo en la
Carta del Apóstol San Judas, Versículos 3-4: “Carísimos,
teniendo gran preocupación por escribiros acera de nuestra común salud, me he
visto en la necesidad de dirigiros esta carta para exhortaros a que luchéis por
la fe, que ha sido transmitida a los santos una vez por todas.
Porque se han infiltrado algunos hombre – los de antiguo prescritos
para este juicio – impíos que tornan en lascivia la gracia de nuestro
Dios y reniegan del único Soberano y Señor nuestro Jesucristo. Continúa
en los versículos 7-13:
Así mismo Sodoma y Gomorra y las ciudades comarcanas, que de igual modo que
estos se habían entregado a la fornicación, yéndose tras la carne extraña,
yacen para escarmiento sufriendo el castigo de un fuego eterno.
En tanto que el mismo arcángel Miguel, cuando en litigio con el diablo
le disputaba el cuerpo de Moisés, no se atrevió a lanzar justicia contra él
sentencia de maldición sino que dijo solamente “Reprímate el Señor!”
Pero éstos ora blasfeman de todo lo que no entienden, ora se corrompen
con lo que sólo naturalmente conocen al modo de las bestias irracionales. ¡Ay
de ellos! Porque han entrado en camino de Caín y por salario de entregaron al
error de Balaam y encontraron su ruina en la revuelta de Coré.
Ellos son las manchas de vuestros ágapes, cuando se juntan para
banquetear sin pudor, apacentándose a sí mismos; nubes sin agua, arrastradas
al capricho de los vientos; árboles otoñales sin fruto dos veces muertos,
desarraigados; olas furiosas del mar que arrojan la espuma de sus propias
ignominias; astros errantes, a los cuales está reservada la oscuridad de las
tinieblas para siempre. Amen