Mensaje Mensual de Nuestra Madre Amantísima para todos sus hijos
Diciembre 13, 2009

“Mis pequeñas criaturas, cuanta dificultad ha habido en este momento para que vuestra Madre os hable a cada uno de vosotros, siendo un día maravilloso para vuestra Madre amantísima, feliz por todas las flores que han traído al santuario, por todas las bendiciones que os trajo en la advocación de vuestra Virgen de Guadalupe, Madre de America, de toda la America cristiana.  

Vuestra Madre os trae hoy un Mensaje de amor para cada uno de vosotros a través del Bien Amado y el Espíritu Divino de Dios que hace que vuestra Madre os pueda aparecer a cada uno de vosotros, para traros el Mensaje del Padre Celestial en cada momento que la pequeña criatura [Rosa] se pone al servicio de vuestra Madre a través del Bien Amado Jesús.

Recordad que en este tiempo, vosotros tenéis que arrodillaros ante el Pequeño, el Divino Maestro, que convertido en una pequeña criaturita vino a traerle la Luz al hombre que estaba viviendo en tinieblas y no conocía la Palabra de Dios ni siquiera en sus grandes profetas.

Las apariciones de María en todos los lugares del mundo, son para acercaros a cada uno de vosotros al redil, para que vengáis con el corazón contrito a postraros de rodillas ante el pesebre, donde está el Pequeñito, el Bien Amado convertido en Luz.  Llegó al Vientre de vuestra Madre Amantísima como una Luz Divina que iluminó y entró en Su Vientre para engendrar al Rey de reyes, por Quien vosotros en este día estáis en espera Divina donde el Pequeñito nacerá para traer al hombre, a ese hombre que vive en tinieblas, que nunca conoció la Luz y no se da de cuenta que el Pequeñito Jesús está en cada corazón del ser humano, en cada hombre, en cada mujer embarazada que acepta y dice si para traer al mundo a la criatura que engendran muchas veces sin quererlos, y después las  asesinan en el propio vientre de sus madres.  Por eso, Dios, vuestro Padre Celestial, viene trayéndole al hombre la Justicia que cada hombre ha engendrado y ha sembrado en su caminar por la vida.

 Orad todos vosotros, hijos Míos, para que en este Nacimiento que se celebra del Pequeño, vosotros enseñéis a vuestras criaturas a arrodillarse ante ese pequeño pesebre alumbrado por la Luz, la Luz del Evangelio que trajo Él  para todos los hombres con la Luz del Espíritu Santo para que cada uno comprendáis la verdad de la Enseñanzas de aquellos apóstoles que predicaron la Palabra de Jesús, con las Enseñanzas que Él os dejó cuando caminó entre vosotros.

 Aprended cada uno de vosotros, que os habéis olvidado de que ese Pequeño que se conmemora en el Nacimiento (pesebre), vino a traeros el amor, vino a traeros la paz que todo el mundo carece en vuestros hogares donde no existe la paz, porque lo hijos que engendráis han torcido el camino.  No van a la iglesia, no comulgan, no confiesan, no reciben al Espíritu Divino para que se cobije en vuestros corazones, y si lo hacen a la mayoría de edad, se olvidan de Aquel que iluminó sus corazones con el Espíritu Divino, para que podáis caminar rectamente y entrar por la puerta estrecha y no por la ancha que tiene el maligno juntándose cada día para arrastrar a cada ser humano a esa oscuridad y a esas tinieblas de las que nunca podrán salir.  En el Pequeñito, en el pesebre, ahí está la Bondad del Bien Amado.  Aseos pequeños como niños, dice el Bien Amado, para que podáis entrar al Reino de los Cielos.

 Enseñadle a vuestros hijos que ahí nació la verdadera vida cristiana, en ese Pequeño engendró que se posesionó de vuestra Madre, cuando dijo Si al Ángel y aceptó llevar en Su Vientre al Pequeñito Jesús que nacería un día para la gloria de todos los hombres.  Hoy lo niegan, muchos se apartan de la Luz y abrazan la oscuridad y las tinieblas.  Orar, orad, aunque no vayan a los grandes santuarios donde se adora al Bien Amado, donde se venera a la Señora Bonita, como la llama Mi pequeña.  Acordaos que Jesús dejó también en la Cruz, os dejó Su Cuerpo en la Sagrada Eucaristía, tenéis que comulgar, que confesar para que cada uno de vosotros podáis tomar el Cuerpo y la Sangre de Jesús, para que Su muerte en la Cruz no haya sido en vano.

 Jesús os ama, Mis pequeños, y hace aparecer a vuestra Madre en todas partes del mundo para traer a Sus hijos, para reunirlos de nuevo, para que de nuevo abracen la Cruz que Él os dejó, no vacía, porque no hay Cruz sin Cristo; no hay Cristo sin Cruz.  Recordadlo siempre, y cuando celebréis el Advenimiento del Pequeño, del Glorioso Jesús de Nazaret, hacedlo con amor, con verdadera reverencia.  Dejándole esos presentes que vosotros os precipitáis para traer a vuestros hijos, pero que no lo dicen porque está en ese pesebre, si lo tenéis, porque muchos no lo tienen porque ya no creen en Él. 

Por eso, Dios, os aseguro pequeños, dice que el tiempo se acerca que la Justicia Divina vendrá sobre el hombre cuando menos el hombre lo espere.  Vendrá como dicen las Sagradas Escrituras cuando menos vosotros estéis preparados.  Ahí os sorprenderá como ladrón.  No os avisará, no os dirá cuando vendrá y os sorprenderá.   Entonces será cuando vosotros sentiréis en vuestros cerebros y en vuestra garganta el rechinar de dientes y el derramar de llanto, porque no os habéis preparado con anticipación para recibir al Divino Señor que os trajo la Luz al mundo para que no vivierais en tinieblas.

Será pequeño el Mensaje, pequeños Míos, pero vosotros tenéis que estar preparados en oración.  Siempre mentalmente, orad, orad, porque lo encontrareis en la oración humilde, sencilla sin mucho espaviento, sin mucho gritar, sin mucho buscar a Dios aquí y allá, y dondequiera.  Estad en un lugar [Iglesia Católica]; no os mováis de ahí. 

Orad, porque se acercan grandes momentos para el mundo en que vivís.  Él os sorprenderá cuando menos vosotros lo esperéis.  Os amo, Mis pequeños.

 Este día hay muchas razones para que vosotros estéis alegres, porque uno de los pastores que el Amado os dejó para conducir el rebaño está entre vosotros, sin que vosotros lo esperarais, ni siquiera la pequeña lo sabía.  Pero vuestra Madre si sabia que él venía, si sabia, porque Ella los conoce a todos y es Ella Quien los conduce al Camino del Amor.  Os bendigo, pequeños Míos.  Amen.

El Mensaje continúo en alocución: “Orad por el sacerdote que os dijo hoy la Santa Misa.  Necesita mucho de todas vuestras oraciones.  Mucho necesita de vuestras oraciones, orad por él, pequeños Míos.

 Nuestra Madre dice que habrán muchos desastres en diferentes partes del mundo, terribles desastres y mucha gente no tendrá adonde ir a refugiarse.  Tratarán de correr sin saber a donde ir.  Abrazad la Cruz y no tengáis miedo.

Muchos cambios sucederán en este gran país, cambios que os llenarán de temor.  Preparad vuestros corazones para estos cambios, pero no tengáis miedo. 

Se acerca otro gran escándalo para la Iglesia, otro gran escándalo viene.  Muchos de los pastores que Mi Amado os dejó, ya no están celebrando la Santa Misa como debe ser, están abrazando muchos cambios, cambios drásticos, están celebrando indebidamente el Santo Sacrificio que el Bien Amado os dejó, se están desviando del camino, celebran  según ellos para la Nueva Era.

En todos aquellos países que reniegan de Dios, ocurrirán grandes cosas, grandes desastres y el hombre se estremecerá.  Chávez ya ha firmado su sentencia de muerte.  Intentará atacar a Colombia y los Estados Unidos intervendrán.  En ese momento Rosa tuvo una visión, lloraba, dijo haber visto que esto sucederá,  sucederá como le sucedió al presidente de Panamá.  Chávez caerá en manos del ejército Americano.

A las 8:05 P.M. mientras celebrábamos el cumpleaños de una de las voluntarias en casa de otra de ellas, la Virgen María continuó en alocución sorprendiéndonos a todos los que nos encontrábamos alrededor de Rosa: “Mis pequeños, algo grande va a pasar en los Estados Unidos, estad preparados, pues nos os dan ni fecha, ni día ni hora, sucederá en el país donde vosotros vivís.  Hay muchas personas tratando de hacer un atentado al mandatario, pues él está tomando decisiones que no son buenas para este país, está pactando con los enemigos, pues aunque él dice que la guerra es necesaria, si no hace esta declaración no saldrá reelegido otra vez.  Orad, orad pequeños míos para que esto no suceda, porque grande será lo que esto causará.  Mientras vosotros disfrutáis de este momento,  hay gente afuera  conspirando para destruir este gran país. Ahora pequeña mía es hora que vayáis a descansar Amen 

Diciembre 4, 2009
Noche de Vigilia

“pequeños míos, este tiempo de espera es maravilloso, estáis en lo que vosotros y vuestra Madre Iglesia llama adviento, que quiere decir espera, es cuando visita al hombre la luz verdadera, que vino a iluminar a la humanidad que vivía en la oscuridad, en la adoración a ídolos fabricados por el propio hombre, pero que nada tenía que ver con aquella luz maravillosa que vendría al mundo.  Imaginad vosotros como estaría Vuestra Madre Amantísima en aquellos tiempos, esperando la grandiosidad del momento en que viniera al mundo esa preciosa criaturita para iluminar a la humanidad, por eso es que en este misterio se venera, si pequeños míos, nunca podéis decir se adora, sino  se venera a Vuestra Madre siempre inmaculada,  Vuestra Madre que diferente a todos las demás iba a traer al mundo una criatura sin haber tenido relación con ningún hombre, por eso es que ella fue asunta al cielo, Inmaculada, intachable, sin ninguna mancha que pudiera transformar la venida de aquella criatura cuando llegase el tiempo.  Vuestra Madre fue asunta al cielo, pura y virginal para que todo hombre pudiera invocarla como la  intercesora entre el Hijo y el Padre. Ese niño pequeños míos que el hombre de hoy no enseña a amarlo, no enseñan a vuestras pequeñas criaturas porqué esta en el árbol iluminado como símbolo de la vida, ese niño  del que nadie se acuerda que es su cumpleaños y que  es a Él a quien vosotros debierais de enseñar a vuestras criaturas a adorarlo en el pesebre, donde nació humilde, pero que traía sus manitas cargadas de amor y de regalos de santidad y de  caridad para cada uno de los que hoy recordáis que estáis vosotros esperando para celebrar  el nacimiento del Rey de Reyes.  No le enseñáis  a las pequeñas criaturas,  que es a nombre de Jesús que vosotros tenéis todo lo que habéis pedido, y todo lo que vuestros padres os han podido obsequiar.

 Que bonito sería que hoy el hombre en general, estuviera también abrazado a las enseñazas que Jesús trajo a la humanidad y conservarais esa virginidad maravillosa, si pequeños míos, esa virginidad que vuestra madre supo preservar en ella, que bonito sería a los ojos de Vuestro Padre Celestial  que las criaturas de hoy recordaran que Dios hizo la unión santificada para llevar a vuestros hogares el verdadero amor santo, donde vuestros hijos pudieran crecer unidos a una madre y a un padre (sagrada familia) que los supieran llevar de la mano entre tanta maldad que existe hoy en la humanidad, no es Dios, pequeños, que destruye lo que Él hizo con tanto amor; es el hombre, el hombre que lo destruye con sus actos, con su degeneración, con su maldad, con la envidia, con la ambición, con el desafuero, con el vicio, el vicio que engendra en los corazones de los seres humanos dejándose llevar por ese maligno del que hablaba la pequeña mucho antes que vuestra Madre estuviese  hoy entre vosotros, para deciros que no dejéis que vuestros corazones se os llenen de la maldad que hoy el adversario ha regado en todo el mundo .

Manteneos firmes en la fe, Dios no acabará con lo que Él creó para los hombres de buena voluntad verdaderamente acudieran a venerar el cuerpo del Bien Amado, donde están los hombres (sacerdotes) que el Buen Pastor os dejó para conducir a su rebaño y llevarlo  al camino de  Él,  de Jesús quien es el verdadero camino. 

Santificaos vosotros, todos los que estáis hoy a Mi alrededor, aunque sean solitos en vuestras habitaciones, hablad con Jesús, santificad los alimentos, el agua que consumís, vuestros hogares, practicad las reglas que os dejó el Bien Amado para que cada uno de vosotros caminéis a su encuentro que tiene que ser un día cuando menos vosotros lo esperéis.

  No vino Jesús a la tierra por nada, vino para conducir a su rebaño al verdadero camino, no lo  olvidéis y escribid esto que os diré: “Muchas cosas  grandes se avecinan para la humanidad, orad porque vuestros gobernantes recobren la lucidez y puedan gobernar a un país lejos del vicio, del crimen y lejos de las guerra que ellos no han  fabricado, que no sigan inocentes muriendo por una paz que el mismo hombre no sabe conservar en cada país, en cada pueblo, en cada generación, en cada lugar debéis de proteger el suelo que vosotros gozáis, no tenéis que sembrar guerras que ellos no han fabricado, son jóvenes que nacen para vivir una vida feliz, no para morir en un lugar que ni siquiera conocen, donde la maldad se multiplica  a cada momento.

 Hay un país que ha firmado con letras negras su propia destrucción, vosotros lo veréis, recordad este momento en que vuestra madre os dice, una gran tiranía se derrumbará, recordad que arriba en el espacio no hay tiempo, el tiempo lo fabrica el hombre.  Veréis como se gobierna a un criminal y se le obliga a doblar rodillas, en el país que ha torturado que ha sojuzgado, que ha destruido, hay muchos tiranos, muchos tiranos,  pero cuando caiga el primero y vosotros lo veréis, todos los demás le seguirán en esa caída.  Os voy a dar la bendición antes de elevarme.  Amen