Mensaje Mensual de Nuestra Madre Amantísima para todos sus Hijos
Agosto 13, 2008

                “Mis pequeños, Mis divinas criaturas, siempre vuestra Madre Amantísima os da y os trae la bendición que el Hijo Amado os envía a través de vuestra Madre Amantísima que hoy está de jubilo.  Aunque en ese mundo que vosotros vivís existe el tiempo, el tiempo para vuestra Madre, para el Bien Amado, es diferente por las criaturas que hoy gobiernan ese mundo congestionado. 

Vuestra Madre os ha querido visitar en el momento en que dijo si a Dios para engendrar en Su Vientre a la Sagrada Eucaristía que vosotros ingerid cada vez que se celebra la adoración en el Sacramento del Altar.  Muchos de vosotros olvidáis y no recordáis que cuando vuestra Madre engendró a Jesús en Su Vientre Virginal y dijo si al Padre, Ella  fue el primer Sagrario, el primer Tabernáculo, el Santuario donde Dios se cobijo para después convertirse en hombre.  Él caminó entre vosotros enseñándole el Evangelio a cada uno de Sus apóstoles para que después lo llevaran al mundo entero reconociendo la Palabra del Verbo que se hizo Carne, Él que hábito entre vosotros por mucho tiempo y que vosotros hoy no lo recordáis.

Vuestra Madre hoy os viene a decir que record siempre lo que en todas partes del mundo os viene predicando.  Orad. Manténganse en oración en familia.  Acudid en masa a todos los santuarios donde los pastores que os dejé consagran el Cuerpo y la Sangre del Bien Amado para que cada uno que camina en esa fe que Mi Amado Jesús os sembró en sus corazones pueda germinar y dar frutos predicando la Palabra de Dios, que es Jesús mismo.

Hoy, vuestra pequeña está de regocijo porque uno de los siervos de vuestra Madre [un sacerdote] visita este pequeño lugar para traeros ese Cuerpo y esa Sangre de Jesús y compartirla con cada uno de vosotros.  Recordad, Mis pequeñas criaturas, que hoy han comulgado personas que no estaban preparadas.  Recordad siempre que vosotros tenéis que abrir vuestros corazones a los pastores que Él os dejo para que habiéndose confesado, podáis tomad el Cuerpo y la Sangre del Bien Amado siempre doblando rodillas, porque ante Él, toda rodilla se debe doblar.  El hombre hoy no se acuerda de eso.

Vuestra Madre os viene a decir en este día en que vosotros estáis reunidos que grandes acontecimientos viene para el hombre.  Muchos serán testigos de todas las adversidades que se presentara en la humanidad por la desobediencia del hombre, por la falta de fe y la falta de amor hacia el mismo hombre.  El hombre inventa las guerras parricidas donde mueren cantidades de inocentes, pero no saben terminar esas guerras.

El anticristianismo está gobernando el mundo y este país pagará por su inocencia, pagará por la confianza que ha puesto en aquellos que quieren dominar la humanidad dándole la espalda a Aquel que murió en la Cruz y que derramó Su Sangre por cada una de Sus criaturas.  Jesús sufre en la Cruz por aquellos que comente grandes crímenes en esa humanidad  cada vez que un niño muere de hambre, cada vez que a un niño les herzenan las piernas, los criminales internacionales que existen en esta humanidad corrupta que se ha alejado de Dios para entrar en una Nueva Era que nada tiene que ver con el Bien Amado.

Recordad siempre que vuestra Madre os aparece en todas partes del mundo tratando de recoger a todos Sus hijos y reunirlos en la Cruz, allí donde Jesús derramo Su Sangre por cada uno de vosotros, y todavía se sigue derramando.  Todavía el Corazón Inmaculado y los Ojos de vuestra Madre derraman Sangre por cada uno de Sus hijos que se alejan de la Iglesia.  La Iglesia son todos vosotros.  Al recibir el Santísimo Bautismo, se convierten en santuarios del Espíritu Santo, que vive en cada uno de Sus hijos.  Pero todos le cierran las puertas y no lo dejan entrar. 

Seguir a Cristo, pequeños Míos.  No es fácil, pero es un deber de cada cristiano caminar en la Luz y alejarse de ese camino oscuro donde lo arrastra el alcohol, las drogas, las concupiscencias y las aberraciones sexuales. 

Recordad que hoy los tentáculos de la malignidad se están tragando a todos los pueblos para llevarlos al ateismo, a la negación de Dios, a no creer en la sublimidad de una aparición, que es posible a través de Jesús.  Él envía a vuestra Madre a cobijarlos a todos bajo Su Manto como la gallina cobija a sus polluelos, para que se salven de todas las malignidades que vienen para el mundo. 

Recordad pequeños, que Dios es Amor, que Dios es Jesús Mismo, y que Dios derrama Su Justicia en la humanidad.  Cada vez que vosotros veáis señales en el cielo la tierra se estremecerá, y la naturaleza cobrará cada uno de los abusos que comenten los hombres con la naturaleza que el creo. 

Recordad que el agua purifica la tierra y arrastra todo lo malo que se cobija en ella.  El fuego purifica y el viento es el Espíritu Divino, que viene manifestando Su Gloria para que el hombre aprenda a ver en las señales que os da a través del Bien Amado.  

Vosotros deben de orar en vuestros hogares y con vuestras familias unidas, aunque sea un momento de reflexión para leer las Sagradas Escrituras, donde está escrita la Verdad.  Todo lo que está escrito en esas Sagradas Escrituras se cumplirá, Mis pequeños.  Están al borde del limite que Dios ha formado para que el hombre tenga tiempo de arrepentirse y de acudir en masa al Sacramento del Altar, y doblando rodillas, pedir perdón por cada uno de vuestros actos.

 Recordad que todos sois culpables, que no hay nadie inocente, y que las criaturas pequeñas pagaran por los pecados de vuestros mayores.  Vosotros en vuestros corazones pensáis que esto no es justo, pero Jesús os dice tampoco fue justo que lo llevaran a el a la Cruz, que lo abandonaran y sólo vuestra Madre quedo para recibir Su Cuerpo y cobijarlo en Sus Brazos, renunciando desde que fue concebido y desde que nació a tenerlo por siempre porque el salvaría a la humanidad de tanta maldad, de tantos vicios y de tantas aberraciones.

El hombre busca hoy en los inocentes la inocencia que la mujer ha perdido y buscan la virginidad de las pequeñas criaturas que no tienen enfermedades y son vírgenes.  El hombre en general, ha perdido toda esa virginidad que deberían conservar para en un matrimonio bendecido por Dios dar de regalo aquel que le toco por compañero, no por pareja.  Los que se aparejan son las bestias, los animales.

Orad a tiempo y a destiempo.  Es el tiempo de orar; es el tiempo de orar por la Iglesia, por los pastores que Él os deje que ocultan hoy lo que está escrito en las Sagradas Escrituras por temor, por obediencia.  Recordad que la fe es más grande que la obediencia y que por obediencia, se cometen muchos pecados, muchas injusticias en la humanidad.

Os bendijo, pequeños Míos, os bendigo.  Regocijaos y dad gracias al Señor de señores, que os da la oportunidad de que vuestra Madre Amantísima, pegadita de Jesús, os traiga siempre en todas partes la bendición.

En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.  Amén.”