Mensaje
Mensual de Nuestra Madre Amantísima para todos sus Hijos
Noviembre
13, 2007
“Mis
pequeños, Mis preciosos pequeños, vosotros no sabéis cuan grande es este
Misterio en que vuestra Madre Amantísima os ha querido traer el Mensaje de Amor
del Bien Amado.
Fijaos vosotros cuantas cosas se dicen en este Misterio de la Venida del
Espíritu Divino de Dios, cuando el Espíritu Divino se derramó sobre cada uno
de los apóstoles en la primera gruta donde vuestra Madre Amantísima celebraba
Su primer Rosario de conversión con el Espíritu Divino que había ascendido y
descendido. En
el Pentecostés, Ella instruyó a los apóstoles que estaban apartados en una
gruta y bendijo a todos los hombres que se encontraban en aquel lugar reunidos
para que pudieran ir de dos en dos a evangelizar a la humanidad.
Dios hecho carne y Espíritu en Jesús y Jesús les dijo id por el mundo
predicad el evangelio imponed las manos y haced milagros.
¿Sabéis vosotros cuanto Misterio hay encerrado en esas pequeñas
Palabras del Bien Amado: ‘Id y evangelizad’, haced Iglesia?
No dijo haced iglesias, dijo haced iglesia porque al recibir los apóstoles
el Espíritu Divino de Dios los mandó a bautizar.
Cada vez que bautizaban a las criaturas, se convertían.
El Espíritu Divino penetraba sus corazones y se convertían
en mensajeros de amor y del evangelio.
Os convertís en Iglesia cada uno de vosotros que sois bautizados en el
Espíritu Santo.
Así
pues vosotros tenéis que entender que la vida de Jesús en la tierra fue
prolifera en evangelios, en santidad, en honestidad, en amor, en paciencia, pero
también en obligaciones que cada ser humano contrae al ser bautizados en el Espíritu
Santo. Id
por el mundo y evangelizar, pero no temáis, el Espíritu ira con vosotros y
donde no os recibáis, sacudid vuestras sandalias y seguid
adelante.
Esto sería
maravilloso, pero ¿que esta pasando hoy?
Debido a que los evangelios han sido totalmente cambiados en muchas de
las Sagradas Escrituras, hoy, lo malo es bueno y lo bueno es malo y ni se puede
decir las Palabras de Jesús y Maria ‘Os bendigo’.
Estad atentos, el enemigo está presente vigilando cada paso de cada
convertido para hacerlo caer, hacerlo derrumbarse, atentando contra cada uno que
habla con la Palabra de Dios.
Hoy
sorprendí a la pequeña criatura, dándole mensajes para que os transmita a
cada uno de vosotros.
El mundo se acerca a grandes acontecimientos, no solamente naturales,
sino grandes acontecimientos que destruirán partes de la tierra, y muchas
personas perecerán, pero no todas tendrán la oportunidad de ver el Rostro de
Jesús. Gran
justicia vendrá para el hombre que se cree Dios y que no hace más que torcer
las leyes de la
naturaleza.
Mientras
que se acumulan grandes riquezas y tesoros en los grandes santuarios, los
miserables de la tierra, por quienes vuestro Padre Celestial decidió venir al
mundo en una cueva, se mueren de hambre, de epidemias, y de grandes enfermedades.
Esos miserables de la tierra, que son los hijos verdaderos de Jesús,
aquellos son los que verdaderamente pagan las consecuencias en el orbe terrenal
para después recibir la recompensa en el cielo.
Esas
epidemias, esas grandes enfermedades que no tienen control, que no hay con que
curarlas, sólo la naturaleza que Dios dejo hará que eso cambie.
Muchos farmacéuticos son fabricados en laboratorios para destruir el
organismo de la humanidad. Muchas epidemias vienen, no sólo para los desposeídos,
sino también para los ricos en los grandes hospitales donde no se atiende con
caridad y amor a los enfermos, a los pobres y a los miserables.
Dios
le dio al hombre la vida, Dios le dio al hombre la riqueza para que la
compartiera entre los pobres de la tierra. Dios le dio al hombre la pobreza. La
pobreza no duele entre los humildes, lo que duele es la maldad del hombre.
Dios le dio a la humanidad la salud, pero el hombre se olvida de dar
gracias y de pedir perdón por todo lo malo que hacen a la humanidad.
Dios le dio al hombre la enfermedad.
Es en la enfermedad que la Justicia Divina manifiesta Su Gloria y prueba
la fe del hombre.
Jesús sufrió por cada uno de vosotros en Su Cuerpo hasta morir en la
Cruz por todos aquellos que el mismo por Su Poder había hecho.
Hizo al hombre para servir a Dios, pero hoy el hombre sirve al mamón del
mundo, que es el poder, la avaricia, la maldad, la envidia, el horror, los crímenes,
los abusos, las torturas y las persecuciones por creer en Jesús de Nazaret.
Vosotros
seréis testigos de cosas que ocurrirán ante vuestros ojos y quedaran
petrificados. Si
el hombre no se arrepiente delante del Santísimo Sacramento del Altar, no tendrá
tiempo de pedir perdón. No
toméis el Sagrado Cuerpo del Bien Amado en vuestras manos.
Como los hombres callan, a través de las rocas [imágenes sagradas] Jesús
y Maria seguirán hablando, derramando aceite por los ojos, derramando sangre y
sufriendo por las almas de aquellos que mueren sin pedir perdón.
Orad
por la Iglesia.
Orad por aquellos sacerdotes que todavía siguen el Camino de Jesús, los
misioneros, los Carmelitas, los Capuchinos, los Franciscanos, aquellos que se
desbaratan las sandalias llevando la caridad a donde los demás no lo hacen y se
regocijan en los grandes santuarios llenos de lujos, llenos de vanidad en donde
verdaderamente no esta Jesús.
Jesús esta en el pobre, en el humilde, en el hambriento, en el
damnificado.
En
referencia a Las Tres Noches de Oscuridad que envolverán a la humanidad, cada
vez que una catástrofe se derrama en el mundo, hay más de tres días de
oscuridad [sufrimientos], Mis pequeñas criaturas.
Vosotros
seréis testigos de los cambios que vienen para gobernantes y pueblos.
Vosotros seréis testigos
porque el mal no prosperará en la humanidad.
Ya suenan las trompetas de los ángeles en la tierra.
Ahora tenéis que seguir a esos ángeles, a esas trompetas que llaman a
la evangelización y al cristianismo y no al anticristo que está gobernando y
quiere seguir gobernando.
Mientras
que Mis pequeños continúan el Rosario, Mi pequeña criatura [Rosa] ungirá a
cada una de las personas que lo necesiten, pero antes, vuestra Madre os quiere
dar una bendición especial a cada una de aquellas criaturas que con su ayuda
hacen que este lugar pequeño pero grande en milagros siga adelante a través de
los tropiezos.
También da una bendición a todas esas criaturas proveedoras de
alimentos, de donaciones para los pobres donde Mi pequeña con un grupo lleva
las caridades donde no van los que tienen sotanas lujosas.
Orad
por los sacerdotes para que sean pobres como Jesús, que sus vestimentas sean
humildes pero que sus obras sean inmensas.
Quiero
que se acerquen aquellas criaturas que han sido capaces de mantener este lugar y
con su ayuda mitigar las grandes necesidades que en tantos años ha pasado en
este lugar. Os
bendeciré a todos. Será
una bendición para todos, pero especialmente para todos aquellos trabajadores
de muchos años y también para los nuevos ángeles que llegan y que hacen
posible que en este lugar se siga predicando la Palabra de Dios y llevarla a
vuestros corazones, tocando a tiempo y a destiempo para poder evangelizar al
hombre y devolverle a la Iglesia el Antiguo Rito para que Dios pueda perdonar a
Su Iglesia y que las columnas no se sigan derrumbado.
Os
amo y os bendigo en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén,
amén, amén.”