Mensaje
Mensual de Nuestra Madre Amantísima para todos sus Hijos
Julio
13, 2007
“Mis pequeños, Mis pequeñas criaturas, a todos
Mis hijos en todo el mundo, hoy Mi Corazón llora mucho por todas las personas
del mundo. Mi pequeña, los hombres
en estos días pecan mucho ante el Inmaculado Corazón de vuestra Madre Amantísima
y del Sagrado Corazón del Bien Amado.
“Recordad siempre que el Amado Jesús os prometió
en la Cruz y en todo el Camino que anduvo con todos los apóstoles y las setenta
y dos personas que lo seguían. Les
dijo que el derribaría aquel templo y los levantaría en tres días.
Vosotros no sabéis que el Bien Amado se refería a Su Propia Persona,
que era Él, el Sagrado Templo. Se
derrumbaría, pero se levantaría.
“Él resucitó y está vivo en cada uno de los
corazones de Sus hijos, aquellos que recibieron en el Bautizo el Espíritu
Santo. Tenia que morir para poderos
dar el Espíritu Santo, que viviría en cada uno de vuestros corazones,
para dar testimonio de Su Vida en la tierra con vosotros.
“Vuestra Madre sufre y llora.
Llora sangre en todas las imágenes del mundo, porque Sus hijos
abandonaron la Cruz. Abandonaron al
Bien Amado y hoy en Sus grandes santuarios se derrumba, se niegan aquellos
santos que caminaron en la antigüedad, en la cristiandad y os hicieron conocer
la Verdad.
“Hoy los santuarios están vacíos.
El Sagrado Cuerpo estaba en la Cruz del Bien Amado, a pesar de haber
Resucitado, pero que os dejo esa Cruz para que siempre recordaran vosotros que
el murió ahí y cargó con todos vuestros pecados para que vosotros vivieran
felices libres de la maldad y llenos del amor que Él os dio en esa Cruz.
“¿Cargáis
vosotros con la Cruz del Bien Amado esa Cruz que el Padre os dio para que vosotros lo ayudarais en Su caminar y en Sus caídas a través de esas horas
de sufrimiento que pasó por cada uno de vosotros en el Sendero del Amor que os dejó
a través de cada una de Sus caídas?
“La Virgen, vuestra Madre Amantísima, detrás de
Él arrodillada, limpiaba la Sangre que Él dejaba caer de Su Cuerpo y la cubría
en Su regazo como si fuera el mismo Cuerpo del Bien Amado.
Pero vosotros no recordáis nada de lo que vuestra Madre Amantísima pasó
por cada una de las horas de sufrimientos de Jesús en la Cruz y os prometió
que os traería de todas partes del mundo y haría un nuevo pueblo para que
arrepentidos volvieran a caminar en la Luz que Él os dejó para que os reivindiquéis
en Su Amor.
“No hay salvación si no hay arrepentimiento de
cada uno de vosotros en el Santísimo Sacramento del Altar.
No habrá redención para el hombre si no respeta el Cuerpo y la Sangre
del Bien Amado en ese pedacito de Pan que os dio en la Última Cena cuando
estaba con Sus apóstoles. El mundo
se estremecerá con los grandes acontecimientos que vendrán
para la humanidad por negar en esa pequeña copa de Vino la Sagrada
Sangre del Señor de señores, del Rey de reyes.
“Cada vez que vosotros profanáis el Cuerpo del
Bien Amado y lo tomáis en vuestras manos, hacéis sangrar de nuevo al Bien
Amado en la Cruz. Venís del mundo y
vuestras manos están sucias de la maldad de la humanidad y no queréis
reconocer que seguís pecando, tomando
la Eucaristía en vuestras manos. Seguís
los pastores que os dejé para que guiaran
al rebaño al Verdadero Camino del Bien Amado, aunque olvidáis todo lo
que Él os enseñó y todo lo que vuestra Madre os enseñó después que el Bien
Amado Ascendió a sentarse a la Derecha del Padre.
Ahí pondrá a Su Derecha aquellos que han caminado en la Verdadera Luz
que Jesús, cuando vino al mundo, les trajo esa Luz que hoy vosotros negáis en
todas partes.
“Vuestra Madre os ha enseñado en cada aparición
del mundo y seguirá apareciéndose hasta que traiga a todos Sus hijos a la
redención para cuando el Bien Amado regrese os
encuentre en el lugar que vosotros debéis estar en la Iglesia que Él os
dejó.
“Recordad, se llamaban
seguidores de Cristo aquellos que lo siguieron cuando estuvo con vosotros
y después, se llamaba el Camino por que Él está el Camino, la Verdad y la
Vida. No os apartéis en este tiempo de ese Camino; vienen días de
tinieblas, días de fuego que caerá del cielo, días de turbulencia en el mar
que sucedieron como cuando Noé.
Vendrán de nuevo los ángeles de la Luz a apartar y a llamar con sus
trompetas a aquellos que verdaderamente caminaron en la Luz y obedecieron lo que
está escrito en las Sagradas Escrituras. No
os apartéis de la Verdad; ni
una tilde se puede mover de Ella. Aquel
que cambie lo que está escrito, le caerá las plagas; no sólo a él
sino, a toda su descendencia.
“Vuestra Madre Amantísima os asegura que seguirá apareciéndose en todas partes para
convencer y tocar los corazones de cada uno de sus hijos y no dejar que ni una
sola de Sus ovejas se pierda.
“Preparaos en oración, confesad y comulgad.
Comulgad en la boca, no pongáis vuestras manos.
No toquéis el Cuerpo y
la Sangre del Bien Amado y sólo el sacerdote, ese pastor que os dejé será el
que os de la comunión.
“Recordad doblad vuestras rodillas ante Él.
Él os dice, ‘Ante Mi, toda rodilla debe doblarse y toda cerviz debe
bajar. Mirad las señales en el
cielo que os enviaré; vosotros las reconoceréis.
Cada oveja reconocerá la Voz del Bien Amado y seréis
salvos.’
“En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu
Santo. Amen.”