Mensaje Mensual de Nuestra Madre Amantísima para todos sus Hijos

Abril 13, 2007

 

            Alocución:  Maria viene apareciendo en todas partes para dar al hombre las Enseñanzas que hoy no se les enseña en la Iglesia que Él os dejó para que vosotros escucharais la Palabra a través de las Sagradas Escrituras.  Dios escogió a Sus hijos y a Su pueblo.  Los escogió el día de la crucifixión, Él conoció allí quien era el que caminaba con Él, quien era el que lloraba con Él.  Escogió y salvó a ese pueblo cuando la destrucción de Israel, en Jerusalén.  Escogió también, no sólo a Sus hijos, sino a Sus sacerdotes, que Él no les llama sacerdotes, Él les llama pastores para que apacienten a las ovejas.  Hoy, el hombre no quiere creer que esos sacerdotes están preparados para guiar el rebaño.  Entonces, por las circunstancias en que cada uno de vosotros vivís, los sacerdotes también se van contaminando con las aberraciones del mundo: la incredulidad, la maldad, el odio y la poca fe.  No creen en nada.

Hoy, la Iglesia se ha contaminado por que han dejado entrar en Ella a otros cultos religiosos que nada tienen que ver con lo que Jesús os dejó.  Eso no quiere decir que en esos cultos no hay hombres que verdaderamente sirven al Señor.  Dios es para todo el mundo.  Dios es un Sólo Espíritu Divino que guía a todos los hombres. 

En el Bautismo, Dios os da el Espíritu Divino que penetra en vuestros corazones.  Nadie se debe avergonzar de ese Espíritu Divino que está engendrado en vosotros a través de un Llamado.  Cuando Jesús llama a un sacerdote, lo hace a través de la Virgen Maria.  Por eso, los sacerdotes son llamados Oblatos de Maria y fieles a Su servicio.  No todos reciben el don de escuchar Su Voz, de escuchar Sus revelaciones; no todos.  Aquellos que no reciben esa inspiración Divina del Espíritu Santo no pueden entender lo que es, y como no lo reciben se vuelven en contra de apariciones Marianas en muchas partes del mundo. 

La Virgen tiene el Poder que le da Dios de aparecer a cada uno de los que Ella llama al servicio de Jesús.  Nadie puede explicar lo que es una aparición Mariana.  Mis pequeños, nadie lo puede hacer.  Las apariciones Marianas son algo sublime, algo que no tiene cuerpo; sólo es un Espíritu Divino que forma el Cuerpo de Maria en una nube que nadie puede tocar.  Os habla a través de todo lo que Jesús le indica, llamando a Sus hijos a una conversión total.  Todo tiene que ser a través de las apariciones Marianas.

La Virgen: “Cada uno de vosotros tenéis una misión que cumplir en este tiempo.  Tenéis que respetar la Cruz que muchos hoy niegan y no os atrevéis a enseñarla por que para el hombre, es aberración.  Tenéis que venerar la Cruz, que significa el sacrificio, la santidad de aquel que todo lo dio por cada uno de vosotros.  No reneguéis de la Cruz; en este tiempo, todo el que cargue y venere la Cruz del Bien Amado será también bendecido.  Tenéis que amar y respetar esa Cruz; no podéis cargar la Cruz sin amarla y sin decir: ‘Gracias, Señor, por cargar Tu Cruz.  Gracias, Padre Celestial, por esta vida que nos has dado, por este sentimiento de amor que vuestra Madre a despertado en cada uno de Sus hijos para que podáis adorarlo en el Sacramento del Altar.’

“Hoy os he sorprendido, no sólo a vosotros, sino también a la pequeña criatura [Rosa], que os habla de lo que significan las apariciones Marianas, para que vosotros entendáis que todo aquel reciba en sus corazones las Palabras de vuestro Padre a través de vuestra Madre Amantísima y muchas veces de Jesús, el Bien Amado. 

“Todo el que bese la Cruz tres veces en el día está diciendo:  ‘Señor, Tu conmigo, ¿quien contra mí?’  Esa es la fe de vosotros los cristianos, recibís el Bautismo en el Espíritu Santo a través del sacerdote y no por hombres que no usan hábitos, ni están consagrados a Dios. 

“Es la fe, si vosotros decid: ‘Yo tengo fe, yo creo en Jesús, en Su Evangelio.’  Tenéis que acordaros de que esa fe tiene que ir acompañada de caridad, mucha caridad.  La fe sin caridad, la fe sin obras, no es fe.  Significa que están vacíos vuestros corazones y no sabéis lo que significa decir: ‘Tengo fe.’  Tenéis que decir: ‘Tengo fe y tengo obras,’ pero Jesús os dice a través de vuestra Madre: ‘No pongáis todas vuestros obras delante de vosotros, porque no veo vuestros corazones cuando os acercáis a Mí.’  Si alguno de vosotros vais a hacer una caridad, la debéis hacer con la fe más infinita y con el amor más desprendido, para que Dios pueda multiplicar esa caridad.

“Quiero decir a cada uno de Mis pequeños, que cada uno de vosotros tenéis que ayudar a que el pueblo de Jesús, ese que acude a las Iglesias, a los templos, tenéis que ayudar a que los sacerdotes, a los pastores que os dejé para conduciros por el Camino de la Luz, recobren ellos mismos ese Camino.  Nadie, ni siquiera los sacerdotes, pueden desviar la fe de una de las pequeñas criaturas que acuden a los lugares donde vuestra Madre Amantísima os regala las bendiciones que os doy a cada uno de vosotros.  Dice el Bien Amado: ‘Id por el mundo, predicad Mi Evangelio, imponed las manos, haced sanaciones, porque hoy esos pastores que os dejé no imponen las manos a los enfermos, no acuden a los hospitales de los moribundos para que le den la esperanza de una nueva vida, no sólo en la tierra, sino de la eternidad.  Sólo las monjas ancianas pueden llevar la Sagrada Eucaristía y remplazar a los pastores.  Hombres que tienen mujeres e hijos no pueden dar la Sagrada Eucaristía ni sacarla del tabernáculo y no pueden Bautizar; sólo los sacerdotes.’ 

“Abrid, pequeños Míos, vuestros ojos.  Ya todo está dicho en el mundo, todo lo que va a pasar, todo lo que está pasando:  los crímenes diarios contra inocentes criaturas; veréis más volcanes despertar, veréis más temblores de tierra en el mundo, veréis los países revolcarse en sus maldades, tratando de imponer el sistema del anticristo que gobernará por setenta y dos horas al mundo.  Pero no será el fin del mal porque Dios vendrá [finalmente] a rescatar a Su Iglesia y a Sus verdaderos sacerdotes.  

“Las predicciones de vuestra Madre Amantísima y del Bien Amado no os pueden causar temor; solo vengo a advertiros que os preparéis para lo que se avecina.  El castigo vendrá si el camino de la maldad que hoy corrompe a la humanidad no se detiene y se sigue al anticristo; y si sigue ese anticristo convirtiendo a pueblos y a naciones, la gran depresión llegará y tendréis que tener denarios para poder comprar los alimentos que se agotarán en todas partes.  Estáis viviendo ante un terrorismo brutal que contamina todo para que nadie pueda sobrevivir.

 “Orad, orad por la Iglesia, orad por vosotros, orad por vuestros hijos, orad por vuestras naciones, por vuestros gobernantes, orad por las pequeñas criaturas que de dos semanas de nacidas, parientes y amigos las toman para saciar sus deseos sexuales; esas son criaturitas que no saben lo que les están haciendo. 

“Vosotros estáis recibiendo de antemano las cosas que se avecinan.  Recuerden hoy, todas las familias están en contra de sus propias familias, los hijos contra los padres, los padres contra los hijos, la humanidad entera está viviendo una rebeldía brutal y todo eso está en las Sagradas Escrituras.  Todo lo que hoy vosotros vivís está escrito en las Sagradas Escrituras.  Hoy, los visionarios que reciben el don de sanación – no son ellos los que sanan, sino Dios a través de Su Hijo Amado – han tenido que tomar el puesto de esos sacerdotes que se niegan hasta ir a un lugar de apariciones, pero por todo el hombre dará cuenta a Dios. 

“No tengáis miedo; vuestro Padre Celestial os hace un llamado.  Llenad todos los templos y haced que los sacerdotes cambien de actitud, con vuestra actitud de hacer la fila sólo donde ellos dan la Eucaristía, y tomadla sólo de vuestros sacerdotes.  Doblad las rodillas y tomadla en vuestras bocas, y cuando no os la quieran dar esos que escogió Jesús para que en Su Nombre y por Su Nombre dieran la Sagrada Eucaristía, se sientan avergonzados, tengan que recobrar el Verdadero Camino que es Jesús en el Padre, en el Hijo y en el Espíritu Santo.  No toméis la Eucaristía en vuestras manos.  Cada vez que vosotros tomáis la Eucaristía en vuestras manos estáis aberrando y crucificando de nuevo al Señor. 

“Bendito sea Su Santo Nombre, por Él, con Él y en Él.  Amen.”