Mensaje Mensual de Nuestra Madre Amantísima para todos sus Hijos

Julio 13, 2006

 

 “Mis pequeñas criaturas, el Corazón de vuestra Madre Amantísima en este día llora lágrimas de sangre por toda la sangre que está derramando en este mundo convertido en una guerra de terror y de abusos.  Vuestra Madre no sabe cómo poner Su Rostro en el mundo para que el hombre crea.

“Donde quiera que vuestra Madre aparece os trae Su dolor y Su pena por las cosas que están pasando en la humanidad.  En cada uno de vuestros corazones, sufrís la consecuencia de la maldad de esta humanidad apóstata, que solamente piensa en matar y en cumplir todas las ambiciones de cada uno de esos hombres que gobiernan este mundo.

“Vuestra Madre no deja de llorar, pequeños Míos, por cada uno de vosotros.  Cada uno sufrís en vuestros corazones la carga de la Cruz que el Buen Amado carga por vosotros.  Vosotros no queréis oír a vuestra Madre Amantísima en todas partes donde ofrece los Mensajes para que, en un verdadero reconocimiento de cada uno de vuestros pecados, podáis salvar a la humanidad con oraciones, pero que salgan verdaderamente de vuestros corazones. 

“Seguirá Mi Amor, Mi Amado Jesús, cargando las cruces que cada uno de los hombres le ponen en la Espalda.  Seguirá vuestra Madre Amantísima con vosotros insistiendo, tocando cada uno de vuestros corazones para que regresen al amor, al verdadero amor que Jesús quiere para que un día puedan encontrarse con Él cara a cara.

“Os he hecho un Llamado en todas partes: que abráis vuestros corazones al amor, al sacrificio, a la oración.  ¿Cómo vosotros creéis que Jesús os va a dar la oportunidad de perdonar al hombre si el hombre no dobla rodillas ante Él?  Sigue Jesús arrastrando Sus Pies y arrastrando Su Cuerpo, cargando vuestras cruces, aquellas que vosotros no queréis cargar. 

“Seguirá Jesús derramando Su Sangre allí [en Israel] donde todo comenzó y donde todo terminará por la soberbia del hombre.  Seguirá el Vía Crucis del Bien Amado, el Vía Crucis de vuestra Madre Amantísima, ese Vía Crucis que no ha terminado.  Vuestra Madre tiene que seguir tocando vuestros corazones para que dejéis a un lado el egoísmo, las ambiciones, y la  apostasía de ser bautizados en la Luz y después renegar de ella y abrazar otros cultos que nada tienen que ver con el Bien Amado.

“Yo os aseguro que ninguno de vosotros creéis verdaderamente en vuestros corazones nada de lo que se predica en todas partes.  El hombre recibirá todo el abandono igual como lo han dejado en el Sacramento del Altar: apartado, solo, esperando que alguien se acuerde que existe ahí en un pequeño cuarto solo, cuando debe de estar en el centro del atrio para que todos vayáis a adorarlo de rodillas.  

“Hasta que el hombre no vuelva a doblar rodillas y a recibir la confesión para poder comulgar con los apóstoles que os dejé para perdonar cada uno de vuestros pecados, no dejará el Bien Amado de derramar sobre el hombre Su Mano Poderosa para que vosotros reconozcáis que Él es un Dios de Amor, pero también es un Dios de Justicia, que por la más mínima desviación de vuestros corazones en la fe, Él os pedirá cuentas.  Os recordará a cada uno lo que vosotros habéis hecho desde que estabais en el vientre de vuestra madre.

“Jesús tiene en Su Corazón cada una de las fotografías de todos y cada uno de vosotros que estáis en todos partes, de aquellos que van a probar y a pedir prueba, y de aquellos que verdaderamente vienen y entregan sus corazones en una verdadera oración de amor, humillados ante Él, que todo lo da y todo lo quita.

“Hoy os traigo un Mensaje muy especial.  Arrepentíos para poder recibir con el amor de Dios las pruebas que vendrán para el hombre.  Vuestra Madre os dijo un día que este tiempo es tiempo de prueba para el hombre y para la Iglesia.  La Iglesia tiene que volver a su antiguo ritual; tiene que dejar de bailar y de profanar la Sagrada Eucaristía para que Dios no siga haciendo temblar las columnas de Sus templos.

“El hombre sólo vive para acaparar bienestar y sólo piensa en lo que pueda conseguir, pero no se acuerda de los que duermen a la orilla de los ríos, cubiertos con plásticos y con hambre, de los que están abandonados, de los niños que se abortan y los tiran en la basura.  Es por eso que Jesús dejará caer Su Mano Poderosa en el mundo, y esto ya empezó. 

“Vosotros veréis lo que se avecina por la desobediencia del hombre.  Vuestra Madre Amantísima lee en vuestros corazones y vea que muchos se cansan de escuchar el Mensaje que os trae.  Pero Yo a veces sonrío en Mi Corazón y os pregunto, ¿no es el mismo Mensaje de hace dos mil años atrás que trajeron los antiguas profetas y los apóstoles del Bien Amando?

“Enderezad el Camino, enderezadlo y haced un Acto de Contrición, reconociendo cada uno de vuestros errores como hicieron esos grandes profetas que eran tan pecadores como son los hombres de este mundo, como los apóstoles a quienes Jesús arranco del alcohol y de las aberraciones sexuales para decirles: ‘Tu Me seguirás y Me servirás.’

“Todos los que Jesús ha escogido a través del mundo cuando era Dios y después cuando fue Hijo, eran grandes pecadores y grandes abusadores como Pablo, que cuando lo llamó se arrastró hasta tocar la arena del desierto y se arrepintió de todo aquello que había hecho.  Los profetas de este tiempo tampoco son santos; tienen defectos y virtudes.  También vosotros tenéis que recordar que los sacerdotes no son santos; son hombres que os deje y santifique porque son Oblatos de Maria.  Los conduje al Amado Corazón de Jesús para que os pudieran perdonar cuando vosotros os confesáis y consagraros en la Sagrada Eucaristía.

“Recordad siempre que en el mundo de antes y el de ahora, ninguno es santo; ya los santos están en el Cielo y los que se escojan en la tierra tendrán que sufrir los insultos, el desprecio y el abandono que sufrió Jesús para purificarse y vivir lo mismo que vivió el Bien Amado.

“Para finalizar, recordad que vuestra Madre os dice que no hay fe sin caridad y la caridad empieza por cada uno perdonándose vosotros mismos en vuestros corazones y amándose vosotros para poder amar a los demás, porque los tiempos se acercan y os sorprenderá como las novias que se quedaron sin aceite y no pudieran esperar con los luces encendidas al novio.

“Todo el que sigue a Jesús y a vuestra Madre Amantísima son novios de Jesús y de Maria, y Jesús y Maria son celosos de aquellos a quien Él escoge.

“Os bendigo en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.  Amen.”