Mensaje Mensual de Nuestra Madre Amantísima para todos sus Hijos

Marzo 13, 2005

 

                “Mis pequeños, vuestra Madre Amantísima hoy viene con mucha tristeza en el Corazón.  En el cielo, pequeños Míos, no hay dolor.  El dolor lo causan los seres humanos en el mundo.  El Corazón Inmaculado de vuestra Madre Amantísima está estrujado, y en la misma forma que sufre vuestra Madre, también sufre Jesús.  ¡Cuantos crímenes en el Nombre del Padre Celestial cometen los hombres!  Mi Amado Jesús en el Huerto sufrió amargamente porque ahí comenzaba el Camino hacia la Redención para todos los hombres.  Mi Amado Jesús abrió Sus Brazos en la Cruz, y en ellos cobijó a todos Sus hijos buenos y malos, enfermos y sanos.  Cobijados bajo Sus Brazos, vosotros, todos los hombres, podréis amaros como Él os ama. 

“Qué triste, amados Míos, cuando vuestro Padre Celestial observa que el Sacrificio de la Cruz es profanado diariamente en los templos, que sois todos vosotros guiados por el Espíritu Santo.  También es profanado en la Iglesia que Él os dejó, para que todos reunidos pudierais doblar vuestras rodillas ante Su Cuerpo convertido en un pequeño Pan de Vida, Pan de Vida completa, pequeños Míos.  Si vosotros no abrazáis la Eucaristía a través del Sacrificio del Bien Amado, de nada os servirá que oréis, pidáis y hagáis sacrificios.  Debéis sacrificaros frente el Altar de los Sacrificios donde Él os recuerda cada día Su dolor en la Cruz.  Mi Amado murió, dándoos un Regalo de Vida para que todos vosotros no os separéis del Amor a la Cruz, a esa Cruz que Él os dejó para recordaros Su Sacrificio por Amor. 

“Todos, Mis pequeños, los que camináis con Jesús, todo lo que pidáis en Su Nombre, verdaderamente arrepentidos,  Él os lo concederá. 

“Se acercan, Mis pequeñas criaturas, grandes acontecimientos para el mundo, y hay uno principalmente que está amenazando a la humanidad:  Son esas armas de destrucción masiva que el hombre ha construido para terminarse unos con otros.  ¿Queréis vosotros que el hombre se destruya definitivamente o queréis orar y ofrecer sacrificios por este mundo en que no hay respeto ni para el amor ni para la humanidad?

“En la pequeña isla del Caribe [Cuba], pronto se desatará la justicia que caerá sobre cada uno de aquellos que negaron al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo y que prohíbe a la Iglesia profesar la fe y el amor hacia Jesús y hacia Maria.  Grandes acontecimientos se avecinan para esa isla y para todos aquellos países que se han hermanado para procrear el anti-cristianismo en la humanidad.  Todos recibirán lo que han plantado.

“Recordad este día.  Leed las Escrituras que Él os dejó a través de los profetas, para estos tiempos.  Todo está escrito y todo se cumplirá.  Vosotros como hermanos en la fe debéis propagar la Palabra Verdadera que está escrita, que no la han cambiado y que no le han quitado ni una tilde.  Vosotros debéis cumplir lo que el Bien Amado os dejó en las Escrituras.  Debéis caminar en la Luz del Amor, en la Luz de la fe, en la Luz de la caridad, en la Luz de la renunciación a todo lo prohibido. 

“Pensad en el Sacrificio que Mi Bien Amado os dejó en la Cruz, respetando y venerando las Imagines que están en la Iglesia.  Si hacéis esto, Mi Amado os abrazará, pero el que no cumpla será barrido de la redención y no tendrá tiempo para arrepentirse. 

“Abrid las Sagradas Escrituras en San Juan, Capitulo 15, Versículos 1-10:  ‘Jesús continuó:  ‘Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el que la cultiva.  Si una de mis ramas no da uvas, la corta; pero si da uvas, la poda y la limpia, para que dé más.  Ustedes ya están limpios por las palabras que les he dicho.  Sigan unidos a mí, como yo sigo unido a ustedes.  Una rama no puede dar uvas de sí misma, si no está unida a la vid; de igual manera, ustedes no pueden dar fruto, si no permanecen unidos a mí.  Yo soy la vid, y ustedes son las ramas.  El que permanece unido a mí, y yo unido a él, da mucho fruto; pues sin mí no pueden ustedes hacer nada.  El que no permanece unido a mí, será echado fuera y se secará como las ramas que se recogen y se queman en el fuego.  Si ustedes permanecen unidos a mí, y si permanecen fieles a mis enseñanzas, pidan lo que quieran y se les dará.  Mi Padre recibe honor cuando ustedes dan mucho fruto y llegan así a ser verdaderos discípulos míos.  Yo los amo a ustedes como el Padre me ama a mí; permanezcan, pues, en el amor que les tengo.  Si obedecen mis mandamientos, permanecerán en mi amor, así como yo obedezco los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.’

“Les voy a dar, pequeños Míos, la bendición.  En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.  Amén.”