Mensaje Mensual de Nuestra Madre Amantísima para todos sus Hijos
Julio
13, 2005
“Vuestra
Madre Amantísima hoy, con regocijo, en este pequeño lugar donde el Bien Amado
se regocija todo el tiempo para aquellas personas que vienen de todas partes
para recibir las grandes Bendiciones que os traigo en el Nombre del Bien Amado
para cada uno de vosotros.
“Vuestra
Madre os quiere pedir que oréis mucho por todos los niños en el mundo, por
todas aquellas criaturas, pequeños Míos, que han sido robados, que han sido
asesinados en el vientre de sus madres.
Orad todos por cada una de esas criaturas que han sido arrebatadas de la
vida y entregadas al Seúl.
“Vuestra
Madre os trae un Mensaje de Alerta por todas las criaturas que hoy en el mundo
caminan sin notar el peligro en que se encuentran.
Vuestra Madre Ora y Llora por vosotros al Padre Celestial.
Todo el tiempo vuestra Madre sufre por cada una de esas criaturas que son
abandonadas, dejadas en orfanatos, teniendo las madres que huir porque están
envueltas en las drogas, en el vicio del alcohol.
Esos niños no desean venir al mundo, pero son concebidos bajo el vicio
de la lascivia y de la sexualidad.
Esos niños, pequeños niños, son producto de la guerra sexual que hay
en el mundo.
“Os
advierto que grandes cosas ocurrirán en la humanidad porque el hombre es
desobediente.
El hombre, pequeños Míos, no quiere cargar la Cruz de Mi Bien Amado,
que Murió en Ella por salvaros a
todos vosotros de la ignominia, del egoísmo, de la maldad, de la ambición.
“El
hombre, pequeños Míos, no quiere librar la lucha de la fe y del amor, y es por
eso que serán arrastrados por el anticristo que hay hoy en el mundo devastando
grandes comunidades con terrorismos, con armas y con todas las aberraciones que
el hombre ha desarrollado sobre la tierra.
“Los
países, pequeños Míos, están siendo arrastrados por la maldad y en esa
maldad se ahogarán si no salen y tratan de obedecer lo que Dios os pide, que es
oración, sacrificio, comunión, amor a la familia, amor a la sociedad en que
vosotros estáis viviendo en estos días.
“Moisés
libró la guerra para salvar a su pueblo elegido por Dios.
Él libró la guerra justa para sacar a su pueblo de Egipto.
Hoy, cada pueblo debe liberar la guerra de la misma manera que hizo Moisés,
que hicieron
todos los profetas de la antigüedad y todos los apóstoles en el tiempo
de la persecución Cristiana.
No dejéis que el hombre destruya la Iglesia que Mi Bien Amado os dejó,
que sois todos vosotros.
“Orad
por los sacerdotes tentados por la maldad que no obedecen la Palabra de las
Sagradas Escrituras y se dispersan en todas partes.
La malignidad está sentada en el Templo del Padre Celestial.
Llegará el momento que vosotros seréis perseguidos por alimentar la fe
en el Amado Jesús y en vuestra Madre Amantísima.
“Defended
la Cruz con vuestras oraciones, con vuestros actos, con vuestro amor a vuestros
hijos y a la familia.
No dejéis que la maldad se apodere de vosotros.
La maldad está en los corazones de muchos seres humanos que quieren
conquistar lo sagrado que se esconde en la eternidad y no se fijan en los
niños, en los ancianos y en los enfermos que mueren cada día por no tener con
que llegar a la salvación medica.
“El
hombre tiene ojos pero no ve, tiene oídos pero no escucha.
Abren las manos para recibir, pero no comparten con aquel que no tiene
nada.
“La
guerra de la naturaleza, la guerra de las armas los aplastará como si fueran
gusanos por no saber defender la Gloria de Aquel que Murió en la Cruz por
salvaros a cada uno.
La Copa del Bien Amado está repleta.
Orad para que no se desborde.
“En
el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amen.
“Abrid las Sagradas Escrituras en Isaías, Capitulo 43, versículos 5-10: ‘ “No tengas miedo, pues yo estoy contigo. Desde oriente y occidente haré volver a tu gente para reunirla. Diré al norte: ‘Devuélvelos’, y al sur: ‘No te quedes con ellos. Trae a mis hijos y mis hijas desde lejos, desde el extremo del mundo, a todos los que llevan mi nombre, a los que yo creé y formé, a los que hice para gloria mía.’ “Hagan venir a mi pueblo, que tiene ojos pero está ciego, y tiene oídos pero está sordo. Reúnanse todos los pueblos, júntense las naciones. ¿Quién entre ellas había predicho esto, o había anunciado los sucesos pasados? Que presenten testigos y prueben tener razón, para que se oiga y se diga que es la verdad.” El Señor afirma: “Ustedes son mis testigos, mis siervos, que yo elegí para que me conozcan y confíen en mi y entiendan quién soy. Antes de mí no ha existido ningún dios, ni habrá ninguno después de mí.” ’ ”