Febrero
7, 2004
Mensaje
Especial
Mientras algunos voluntarios se encontraban en una noche de vigilia
el primer Viernes del mes de Febrero, después de haber meditado los tres
misterios del Santo Rosario, comentando sobre la película de la Pasión,
Jesús, en alocución, contestó: “Mel
Gibson es un elegido, un instrumento de Mi Amor; él fue escogido para esta
misión, la cual ha cumplido en obediencia; él es y será perseguido,
amenazado, y su vida corre peligro. Orad
por él. Esta película es una
de las señales de las cuales os había hablado previamente, causará
conmoción mundial y a través de ella habrá conversiones en masa, y os veréis
tal como sois: pecadores.” [En
Enero 9, 2004, Jesús dijo: “En
este Año Nuevo que vosotros estáis comenzando, vuestras almas se tambalearán
y Yo registraré vuestros corazones para saber hasta dónde son capaces de
llegar los seres humanos. Yo lo
sé, pero os lo haré saber.”]
A
las 2:30 a.m., después de algunos de los voluntarios miraban en el Internet
las fotos de la película La Pasión
de Cristo, entraban al Web Vatican.com en Español, uno de los
voluntarios le pidió a Rosa que le explicara el significado del signo de la
portada del Boletín mensual de Enero 2004.
Ella fue a buscarlas Sagradas Escrituras y cuando ella regresaba con
ellas, apareció en el Internet la conocida frase del Santo Padre ‘NO
TEGAIS MIEDO’. Cuando Rosa
abrió la Sagrada Biblia, Jesús dirigió al Libro del Apocalipsis,
Capítulo 22, versículos 10-17:
“También me dijo: ‘No
guardes en secreto el mensaje profético que está escrito en este libro,
porque ya se acerca el tiempo de su cumplimiento.
Deja que el malo sigo en su maldad, y que el impuro siga en su
impureza; pero que el bueno siga haciendo el bien, y que el hombre
consagrado a Dios le siga siendo fiel.
Sí, vengo pronto, y traigo el premio que voy a dar a cada uno
conforme a lo que haya hecho. Yo
soy el alfa y la omega, el primero y último, el principio y el fin.
Dichosos los que lavan sus ropas para tener derecho al árbol de la
vida y poder entrar por las puertas de la ciudad.
Pero afuera se quedarán los pervertidos, los que practican la brujería,
los que cometen inmoralidades sexuales, los asesinos, los que adoran ídolos
y todos los que aman y practican el engaño, Yo, Jesús, he enviado mi ángel
para declarar todo esto a las iglesias.
Yo soy el retoño que desciende de David.
Soy la estrella brillante de la mañana.
El Espíritu Santo y las esposa del Cordero dicen:
“¡Ven!”. Y el que
escucha, diga: “¡Ven!”.
Y el que tenga sed, y quiera, venga y tome del agua de la vida sin
que le cueste nada.’ ”
En
ese momento una de las voluntarias salió al patio y mirando hacia la luna
vio un semicírculo alrededor en forma del signo de “Omega” [Ω],
visible por varios minutos, convirtiéndose después en un circulo como los
que han aparecido en el sol durante algunas de las apariciones de nuestra
Madre Amantísima los días 13 de cada mes.
El
Mensaje de Febrero 13, 2004 Continúa
“Mi pequeña, en la
Iglesia, dentro de ella misma, habrá confusión y desavenencias porque
muchos de los pastores que os dejé para conducir a Mi rebaño se han
desviado de lo que está escrito en las Sagradas Escrituras.
Es por eso que os he enviado a estos jóvenes que interpretaron y
escribieron la verdad de Mi sacrificio por amor a todos los hombres, porque
ellos [los pastores] tergiversaron la verdad, y Yo os la muestro tal como es.
“Eso os dije en la vigilia del primer Viernes, y hoy día
13, día de la Aparición de vuestra Madre Amantísima, os repito:
‘Esta manifestación de fe por estos elegidos [Mel Gibson y
“Orad, Mis pequeños, orad por el Santo Padre y por el gran
cisma que se avecina para la fe de la Iglesia Católica, Apostólica y
Romana, porque la verdad penetrará en vuestros corazones sin que vosotros
mismos os deis cuenta.
“Preparad vuestros corazones para lo que vendrá.
Vosotros tendréis que reconocer que hay un Solo Camino, una Sola
Verdad, una Sola Luz y que aquel que quiera salvarse tendrá que correr para
ser bañados por esa Luz que os iluminará el camino para todos aquellos que
la han perdido.
“Os amo y os bendigo, soy Vuestro Padre Celestial, vuestra
Divina Misericordia. Amén.”