Mensaje
Mensual de Nuestra Madre Amantísima para todos sus Hijos
“Mis pequeños, vuestra Madre Amantísima os trae hoy un mensaje
de amor y de reconciliación, para todas las criaturas que se encuentran en
este pequeño lugar.
“¡Cuántas gracias debéis dar vosotros a Dios por el
privilegio de que todos estés reunidos con el corazón arrepentido aquí,
en este pequeñísimo santuario dedicado a vuestro Padre Celestial, a la
Divina Trinidad y a vuestra Madre Amantísima.
No sabéis vosotros cuántas gracias, cuántas aleluyas debéis de
dar siempre en vuestros corazones para que vuestra Madre Amantísima siga
derramando las bendiciones en todos los lugares que aparezco para daros el
Mensaje de Amor de vuestro Amado Jesús.
“Este tiempo, pequeños Míos, es un tiempo importante para
la humanidad, para el hombre que hoy se ha convertido en máquinas de matar,
de torturar, y de perseguir a inocentes que sólo quieren vivir en paz
bendecidos por Dios en este globo terráqueo que os dio para que vosotros
todos glorificárais al Señor. No
existen palabras para explicar a cada uno de vosotros, sin que vuestra Madre
Amantísima tenga que sufrir, porque todos los dolores que vosotros tenéis
en vuestros cuerpos y en vuestro corazones, vuestra Madre Amantísima los
escucha y los sufre con Ella y los traspasa a Jesús que, cuando lo clavaron
en la Cruz, quiso llevarse todos los pecados de cada uno de vosotros.
“Los hombres, pequeños Míos, no registráis
vuestros corazones en un
acto de contrición, el cual debéis hacer cada noche, cada vez que vais a
vuestra cama, a vuestro lecho, ya que no podéis confesaros todos los días
como es la tradición. Ni
siquiera dobláis rodillas ante Él. Ni
siquiera tomáis Su Cuerpo en vuestra boca.
¿Y qué decís vosotros, que ya tam
“Mi Bien Amado Jesús en este tiempo, aunque vosotros no lo
creáis, revive el Calvario, su retiro en el
desierto, donde fue tentado por la malignidad y donde, pequeñas
criaturas, se alimentó solamente con la sábila y calmó su sed.
Por eso debéis creer en la divina medicina que vuestro Padre
Celestial da a la pequeña criatura [Rosa], para compartirlo con todos
aquellos que son tocados sus cuerpos por enfermedades que el hombre hoy no
puede sanar por haberse alejado verdaderamente de Dios.
“¿Sabéis
vosotros cuántos seres humanos, traspasados por los siete puñales del
dolor de vuestra Madre Amantísima sufren en los hospitales, en sus hogares,
en los asilos de ancianos, en los hogares substitutos donde son abandonados
sus niños que pudieran ser salvos por el Espíritu Santo Sagrado de Dios.
“Si
cada uno de vosotros creyerais y tuviereis fe en la oración…la oración
salva, pequeños Míos; la
oración y ser tocados por manos consagradas a Jesucristo, el Crucificado,
el que todos vosotros debéis abrazar todo el tiempo, y aunque lo llevéis
en cada uno de vuestros corazones, tenéis que llevarlo a la vista de todos
sin temor [llevar el Crucifijo]. ¿Sabéis
por qué? Porque ésta es el
arma con que Jesús os puede sanar. El
Santo Rosario es el arma que vuestra Madre Amantísima le dio a Santo
Domingo un día para que lo llevéis a donde quiera que vayáis.
“Defended
la Cruz, pequeños Míos. Cada
vez que vosotros besáis la Cruz en un acto de reverencia, estáis
reconociendo que sólo Él os salva, que sólo Él a través del Espíritu
Divino de Dios puede salvaros.
“En
este tiempo, regocijaos en la esperanza de la reconciliación con vuestro
Padre Celestial y abrazad la Cruz, porque grandes catástrofes se avecinan
para el hombre. Veréis grandes
manifestaciones divinas porque el hombre se ha alejado de Dios, y su
sacrificio, a veces, vuestra Madre Amantísima piensa que ha sido inútil,
porque vuestros corazones están fríos o tibios en la fe.
Recordad que una fe ardiente es una fe divina.
“No
quiero elevarme hasta que cada uno de vosotros recibáis el toque del Espíritu
Santo. Vuestra Madre Amantísima
se aparta en unos momentos [para cederle el lugar al Espíritu Santo], pero
estará presente aquí en cada uno de los corazones que han venido a buscar
la esperanza de la sanación. Todo
el que cree, recibirá. Recordad,
tenéis que orar por el Santo Padre y por la Iglesia;
es muy necesario orar por la Iglesia.
“Es
necesario que el pueblo de Venezuela, al cual tantas veces vuestra Madre
Amantísima le advirtió que si no defendían su libertad serían
esclavizados por el anticristo. Si
el hombre le sigue dejando espacio a la malignidad, para que el anticristo
llegue y se cobije en cada corazón y en cada país, será el tiempo,
entonces, que Mi Bien Amado vendrá a levantar a su pueblo y a su verdadera
Iglesia.
“Todo
tiene que regresar al rito que vosotros habéis olvidado y apartado para
dejar entrar nuevas creencias en esa iglesia que Mi Amado os dejó.
“Orad,
orad, la oración salvara vuestras almas, endulzará vuestros corazones,
ensalzará vuestro espíritu y en una oración elevada al Señor, Él se
regocijara en vuestra peticiones.
“Orad
por el presidente de este país y de todos los países del mundo para que
sepan gobernar con Jesucristo primero, con El delante y con El atrás y la
Santísima Virgen María y el Espíritu Santo os cubrirá a cada uno que
testifique en Su Nombre. Amén,
Amén y Amén.”