Mensaje
Mensual de Nuestra Madre Amantísima Para Todos Sus Hijos
Febrero
13, 2004
“Vuestra
Madre Amantísima, Mis pequeños, se regocija cada vez que Mis pequeñas
criaturas acuden al Encuentro del Amor de vuestra Madre.
Qué bonito fue cuando vuestra Madre recibió la gracia de traer la
Luz al mundo, a este mundo congestionado de tanta maldad que en este momento
se desarrolla en él.
“Cuánto
sufre el Corazón de vuestra Madre a pesar de que arriba no hay dolor, pero
sufre al ver cómo cada uno de vosotros os revolcáis en vuestras miserias,
tratando de escapar a la realidad de lo que es un regalo como son las
apariciones de vuestra Madre Amantísima en todas partes del mundo.
“Decid
gracias todo el tiempo al Bien Amado que vino a traer la Luz a aquellos que
vivían en tinieblas y no conocían la verdad.
Qué alegría para cada uno de vosotros que con amor abrís vuestros
corazones para recibirla a Ella que viene a través de Su Amado Jesús y
quiere regocijarse con todos vosotros junto a Él.
Pero cada uno escoge el camino de su libre albedrío.
“Hoy
muchos de los que estáis en este mundo no creéis en nada de lo que está
sucediendo. Pisoteáis toda la
verdad que está escrita en las Sagradas Escrituras y que os ha preparado en
todos los tiempos para que cuando llegara el momento de que Dios os diera
grandes señales en el cielo y en la tierra, os unierais en oración,
llenarais los templos pidiendo perdón a Dios por cada uno de vuestros
pecados, el principal, la falta de amor hacia los demás seres humanos, la
falta de fe, la falta de caridad. ¿No
bastó la Luz de Dios que os traje en un momento determinado, cuando en
aquellos tiempos era difícil decir si al amor de Dios?
“Vuestra
Madre luchó contra todas las adversidades para poder traeros el Verbo que
os dejaría el decalo para que caminarais
en Su Luz y en Su Camino. Hoy,
los hombres están ciegos; no quieren ver más allá de lo que sus
imaginaciones confabulan en contra de Dios, en contra del Bien Amado.
“¿Sabéis
que se acercan grandes tormentos para la humanidad?
Pero el hombre necesita pruebas.
No penséis que vosotros sois los únicos que no creéis.
Hace dos mil años atrás tam
“Isaías,
el gran Profeta, decía y reclamaba a Dios:
<¿Quién va a creer en lo que se predica y en lo que se le trae
al mundo, si todos quieren tener la prueba y la verdad en sus manos?>
Sólo el hombre que tenga fe y abra su corazón podrá creer en la
Naturaleza Divina y que Jesús tuvo que sufrir en la Cruz para que se
cumpliera lo que estaba escrito.
“En cuanto la semilla muere, es cuando da fruto, cuando el Espíritu
Santo se manifiesta al hombre como se manifestó a vuestra Madre Amantísima
en el primer cenáculo de oración junto a los Apóstoles, para que en ese
momento hicieran milagros y hablaran en las lenguas de cada una de las
personas que se encontraban en aquel lugar.
“Jesús
no vino al mundo, Mis pequeños, solamente para caminar entre vosotros sino
para traerles la Buena Nueva: el
amor de Dios hacia el hombre. Hoy,
el hombre, pequeños, asesina allí en el lugar donde más seguros tienen
que estar las criaturas, que es el vientre de sus madres.
Los asesinan. Hoy el
hombre se ha convertido en una bestia y en una máquina de matar.
Matan a niños indefensos; los secuestran, los violan.
Peor que en Sodoma y Gomorra están hoy los hogares del mundo, donde
cada uno se promiscúe, sin darse cuenta que cuando el matrimonio es
santificado en la Iglesia, en la verdadera Iglesia, puede imperar la paz y
el amor.
“Muchas
cosas verán vuestros ojos; recordad siempre que vuestra Madre os ha dicho
que cuando en el cielo hay señales, la tierra se estremece y pronto van a
ver una señal en el cielo. Recordad
lo que os he dicho, allí arriba no hay tiempo pero aquí si hay.
Seis meses antes de que ocurra la señal y seis meses después, se
verán ocurrir grandes catástrofes en la humanidad.
“Vosotros
tenéis que estar preparados en la oración.
El Santo Padre necesita mucha oración porque hay una señal: quedan
dos cuadros vacíos donde están todos los Papas.
Uno para el que va a durar
“Recordad
que hoy los hombres se casan con los hombres y las mujeres con las mujeres.
Como os dije, es peor que en Sodoma y Gomorra.
“Orad,
Mis pequeños. Acudid en masa a
vuestras iglesias, os digo ‘Iglesia’, acudid a confesaros, comulgad.
Orad por la familia, por la paz, por las vocaciones sacerdotales que
ya casi no hay, por los sacerdotes buenos y malos y por vuestra Iglesia.
Defendedla con la oración, en la comunión y en cumpliendo todo lo
que está escrito ahí, en el único Libro Universal, donde todo está
escrito, donde no hay paralelo.
“Abrid
las Sagradas Escrituras en San Juan, Capitulo 12, Versículos 27-50:
‘¡Siento en este momento una angustia terrible!
¿Y qué voy a decir? ¿Diré:
“Padre, líbrame de esta angustia”?
¡Pero precisamente para esto he venido!
Padre, glorifica tu nombre. Entonces
se oyó una voz del cielo, que decía: “Ya lo he glorificado, y lo voy a
glorificar otra vez.” La
gente que estaba allí escuchando, decía que había sido un trueno; pero
algunos afirmaban: --Un ángel
le ha hablado. Jesús les dijo:
--No fue por mí por quien se oyó esta voz, sino por ustedes.
Este es el momento en que el mundo va a ser juzgado, y ahora será
expulsado el que manda en este mundo. Pero
cuando yo sea levantado de la tierra, atraeré a todos a mí mismo.
Con esto daba a entender de qué forma había de morir.
La gente le contestó: --Por
la ley sabemos que el Mesías vivirá para siempre.
¿Cómo, pues, dices tú que el Hijo del hombre tiene que ser
levantado? ¿Quién es ese Hijo
del hombre? Jesús les dijo:
--Todavía estará entre ustedes la luz, pero solamente por un
“Recordad
que es en la oración donde cada uno de vosotros se regocija con Dios,
cuando verdaderamente lo hacéis de corazón a corazón.
Vuestra Madre Amantísima lleva en cada pétalo del Rosario cada una
de vuestras intenciones y Él os dará lo que cada uno ha sembrado.
“Os
amo, os bendigo, en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén, Amén, Amén.”